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GUATEMALA, Guatemala, mar. 12, 2012.- Debido al aumento en las denuncias por violación y con el objetivo de disminuir los índices de abusos contra niños y mujeres en Guatemala, se ha propuesto la castración química de los reos que han sido sentenciados por este delito, ya que las penas que purgarán están muy alejadas de las secuelas que deja este crimen en las víctimas.
El método de castración propuesto a utilizar es químico e indoloro aunque todo depende de la falta cometida, pues incluso podría llegar a solicitarse la amputación quirúrgica como castigo al agresor.
Debido al alto costo que le representa al estado guatemalteco mantener a los privados de libertad, se considera que ellos mismos también cultiven sus alimentos y ayuden en la reparación de pupitres escolares y carreteras del país, ya que se invierten seis dólares diarios por cada privado de libertad y solamente veinte centavos de dólar diariamente por cada niño para que tenga acceso a la educación.
La desigualdad que se vive en este país centroamericano ya está cobrando su factura.
Según estadísticas oficiales más de setenta por ciento de los niños entre cero a cinco años padece de desnutrición crónica infantil, condenando a los más desprotegidos a la muerte.
Guatemala también vive con un sistema de justicia deficiente, con índices de impunidad en más del 95% de los casos y con graves anomalías en la operación de las cárceles.
Según estadísticas oficiales, Guatemala solamente cuenta con 22 centros carcelarios que tiene una capacidad de no más de cuatro mil reclusos, pero albergan a más de seis mil, hacinamiento que preocupa a la Procuraduría de los Derechos Humanos en Guatemala, luego del incendio en la cárcel de Comayagua, en Honduras, que dejó más de trescientos sesenta y un víctimas mortales.
A pesar de contar con un apoyo mayoritario para esta iniciativa, representantes de los Derechos Humanos en Guatemala no ven viable esta medida de represión debido a los tratados internacionales que Guatemala ha firmado, en donde garantizan los derechos humanos mínimos de los más de catorce millones de habitantes.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas, Guatemala es el país con mayor número de violaciones a los Derechos Humanos de toda la región centroamericana.
El recién llegado presidente guatemalteco, el general retirado Otto Pérez Molina, ya ha puesto en marcha algunas medidas de prevención para erradicar con la desnutrición, con un programa denominado "Hambre Cero", que consiste en dar microcréditos, fertilizantes, bolsas de alimento y apoyar la agricultura de las áreas con mayores índices de desnutrición como lo es el altiplano guatemalteco.
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