Perú: El delito, no paga

Afirman que el pago de una reparación civil al condenado, en Perú, no está regulado, y casi nadie lo cumple

LIMA, Perú, feb.16, 2012.- El pago de reparaciones civiles en el sistema jurídico peruano está en crisis. Actualmente, ningún procesado o sentenciado, o casi nadie paga equivalentemente al daño o delito cometido.

Los jueces ordenan, casi siempre, el pago de una reparación civil al condenado, pero en la práctica no están regulados la forma ni el plazo para efectuar estos pagos.

Es así que por cultura judicial, los sentenciados se saltan a la garrocha esta obligación que busca resarcir el daño cometido.

Así ocurre en los miles de procesos que ventila en Perú el poder judicial.

Y así es más elocuente en los delitos de corrupción, terrorismo y narcotráfico. Cómo será de grave la cosa que los sentenciados por estos delitos le deben al Estado más de cinco mil millones de nuevos soles, equivalentes a mil 900 millones de dólares.

Con ese dinero, el gobierno de Perú bien podría financiar su soñado metro subterráneo de 30 kilómetros entre las localidades de Ate y el Callao, millonaria obra que requiere una inversión de dos mil millones de dólares. Pero,el delito no paga en Perú.

Y entre los principales deudores están los terroristas sentenciados. Sólo ellos no han cumplido en pagar más de tres mil 900 millones de nuevos soles, unos mil 500 millones de dólares.

Como no hay deuda que no se pague ni plazo que no se cumpla, el Ministerio de Justicia busca ahora empezar a cobrar esas millonarias deudas y ha convocado a un grupo de trabajo multisectorial, de carácter permanente, en temas de corrupción y crimen organizado.

Y si no se puede cobrar por las buenas, entonces los procuradores anticorrupción ya tienen claves para ingresar a los archivos de los registros públicos con la finalidad de conseguir información sobre las propiedades de los sentenciados.
Pero, claro, demás está decir que los criminales, por regla general, no tienen propiedades a sus nombres y  emplean más bien testaferros y otros nombres de fachada.

No está demás, sin embargo, aunque resulte igual que buscar una aguja en un pajar, que la justicia por fin haya tomado la decisión de cobrar viejas deudas a criminales, terroristas, narcotraficantes y corruptos.