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CIUDAD DEL VATICANO, ene. 8, 2012.- Benedicto XVI impuso hoy el sacramento del bautismo a 16 bebés durante una misa en la Capilla Sixtina del Vaticano y reconoció que educar es una tarea muy ardua para las capacidades humanas, siempre limitadas.
En el día elegido por la Iglesia católica para celebrar la fiesta del bautismo de Cristo, el Papa recibió a los matrimonios y padrinos junto con los infantes, que fueron elegidos entre los empleados no religiosos de la Sede Apostólica.
En la homilía de la misa Joseph Ratzinger abordó el tema de la educación de los hijos y aseguró que, si bien ésta es difícil, existe una 'receta' que nunca debe ser olvidada: nunca ser posesivos, no intentar ligar a uno las personas porque 'pertenecen a otro'.
'La primera y principal educación ocurre mediante el testimonio', dijo el obispo de Roma que recomendó a los padres 'ser tiernos y fuertes al mismo tiempo, usar dulzura y firmeza, callar y hablar en el momento justo, corregir en la justa manera'.
'El verdadero educador no liga a las personas a sí, no es posesivo porque quiere que el hijo aprenda a conocer la verdad y establezca con ella una relación personal', agregó.
Durante la celebración los padres fueron llevando a sus pequeños ante una fuente bautismal de bronce y oro en forma de árbol del cual cae agua sobre una roca, allí fueron recibiendo el bautismo.
Al finalizar la ceremonia Benedicto XVI saludó a una multitud congregada en la Plaza de San Pedro desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico del Vaticano e impartió la bendición con el Angelus.
En su mensaje volvió sobre el tema del bautismo y recordó que la condición de hijos une a todos los seres humanos, no todos padres pero sí hijos.
'Venir al mundo nunca es una elección, pero durante la vida podemos madurar una actitud libre hacia la vida misma: podemos acogerla como un don, en cierto sentido, convertirnos en aquello que ya somos: volvernos hijos', ponderó.
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