Reconoce Papa frustración de jóvenes que protestan en el mundo

Envía el Papa un mensaje con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Paz; establece que las protestas de jóvenes en el mundo expresan un deseo de mirar con esperanza el futuro

CIUDAD DEL VATICANO, dic. 16, 2011.- El Papa Benedicto XVI reconoció este viernes la frustración que padecen los jóvenes en diversas regiones del mundo y que los impulsa a protestar formando movimientos sociales, desde la "primavera árabe" hasta los "indignados".

En su reflexión con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Paz, que la Iglesia Católica celebrará el 1 de enero de 2012, destacó como "viva y visible" la participación de los jóvenes y se dijo abierto a tener en cuenta la aportación que deben ofrecer a la sociedad.

"Es verdad que en el año que termina ha aumentado el sentimiento de frustración por la crisis que agobia a la sociedad, al mundo del trabajo y la economía; una crisis cuyas raíces son sobre todo culturales y antropológicas", escribió.

"Parece como si un manto de oscuridad hubiera descendido sobre nuestro tiempo y no dejara ver con claridad la luz del día", agregó.

Estableció que las preocupaciones manifestadas en los últimos tiempos por muchos jóvenes, en diversas regiones del mundo, expresan un deseo de mirar con fundada esperanza el futuro.

Ellos quieren recibir una formación que los prepare para afrontar la realidad, tienen dificultades para formar una familia y encontrar un puesto estable de trabajo, no pueden ofrecer una

efectiva con al mundo de la política, de la cultura y de la economía, constató.

El líder católico dedicó su mensaje a analizar el tema "educar a los jóvenes en la justicia y la paz", en el cual instó a todos los actores de la sociedad a responder a las exigencias del mundo juvenil, en la actual crisis económica.

Precisó que actualmente la familia y el valor de la vida se ven "constantemente amenazadas" y, a veces, "destrozadas" por negativas condiciones de trabajo, por los ritmos de vida frenéticos y por la dificultad de asegurar a los hijos uno de los bienes más preciosos.

"Deseo decir a los padres que no se desanimen. Que exhorten con el ejemplo de su vida a los hijos a que pongan la esperanza ante todo en Dios, el único del que mana justicia y paz auténtica", indicó.

"Que todo ambiente educativo sea un lugar de apertura al otro y a lo transcendente; lugar de diálogo, de cohesión y de escucha, en el que el joven se sienta valorado en sus propias potencialidades y riqueza interior, y aprenda a apreciar a los hermanos", apuntó.

A los responsables políticos les reclamó ayudar concretamente a las familias, apoyar adecuadamente a la maternidad y a la paternidad, que aseguren para todos el derecho a la instrucción y trabajen para favorecer la reunificación de las familias divididas por la migración.

Además les exigió que ofrezcan a los jóvenes una "imagen límpida" de la política, como verdadero servicio al bien de todos.

Según el obispo de Roma el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos están "seriamente amenazados" por la extendida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de utilidad, del beneficio y del tener.

Consideró imposible ignorar que ciertas corrientes de la cultura moderna, sostenida por principios económicos racionalistas e individualistas, han sustraído al concepto de justicia sus raíces transcendentes, separándolo de la caridad y la solidaridad.

"El hombre que cree ser absoluto, no depender de nada ni de nadie, que puede hacer todo lo que se le antoja, termina por contradecir la verdad del propio ser, perdiendo su libertad", sostuvo.

"Por el contrario, el hombre es un ser relacional, que vive en relación con los otros y, sobre todo, con Dios. La auténtica libertad nunca se puede alcanzar alejándose de él", estableció.