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ASTANÁ, Kazajistán, dic. 16, 2011.- Una violenta revuelta que causó la muerte de una decena de personas en el oeste de Kazajistán ensombreció hoy la celebración del vigésimo aniversario de la independencia de este país ex soviético y enfrentó al presidente Nursultán Nazarbáyev a una de las crisis más graves desde que asumió su cargo hace veinte años.
Al menos diez personas murieron en los choques entre trabajadores de una empresa de petróleo que reclamaban mejoras laborales y fuerzas policiales en Zhanaózen, cuando esta ciudad de la región de Manguistau celebraba las dos décadas desde la declaración de independencia de la extinta URSS.
Según informó en rueda de prensa el fiscal general de Kazajistán, Asjat Daulbáyev, "como resultado de los disturbios masivos en Zhanaózen murieron 10 personas y hay heridos, incluidos varios policías".
El diario digital opositor "Respublika" concretó que tres de los muertos eran miembros de las fuerzas de policía que se enfrentaron a los obreros.
El fiscal precisó que durante los choques "fueron incendiados varios lugares: la sede del Akimat local (gobierno regional), hoteles y edificios administrativos de la compañía Ozenmunaigaz", filial del consorcio estatal petrolero KazMunaiGaz.
Esta empresa encabeza las labores de extracción de petróleo en el oeste de Kazajistán, donde se encuentran las ingentes reservas de crudo del mar Caspio, uno de los mayores yacimientos de hidrocarburos del mundo en cuya prospección y explotación trabajan también numerosas petroleras occidentales.
Zhanaózen, de 90.000 habitantes, se encuentra a unos 150 kilómetros tierra adentro, en la orilla oriental del Caspio.
Según testigos de los incidentes, citados por medios de prensa locales, la policía abrió fuego contra los manifestantes, aunque la Fiscalía General negó este punto y atribuyó los disturbios a la acción de unos "vándalos" que atacaron a ciudadanos que celebraban los veinte años de independencia de Kazajistán.
Los manifestantes atacaron a los efectivos de los órganos de seguridad "para arrebatarles las armas, incluso utilizando armas blancas", dijo al respecto Daulbáyev.
"Estropearon las celebraciones en la plaza central de la ciudad, volcaron el árbol navideño, quemaron un autobús policial y las yurtas (tiendas kazajas) y el escenario emplazado por el Día de la Independencia sufrieron desperfectos", aseguró.
Las autoridades han creado por orden del presidente de Kazajistán un grupo especial de investigación del Ministerio del Interior que se ha desplazado a la localidad afectada para restablecer el orden.
Las compañías petroleras de la zona han reforzado la seguridad de sus instalaciones, aunque ninguna ha suspendido la producción de crudo, mientras las autoridades locales han aconsejado a la población de la ciudad que permanezca en sus hogares.
El detonante de los actuales disturbios fue la huelga declarada hace varios meses por los trabajadores de Ozenmunaigaz para demandar mejoras laborales e incrementos en los salarios.
La indignación de los huelguistas fue en aumento en las últimas semanas después de que la dirección de la petrolera desoyera sus demandas y despidiera a cerca de un millar de trabajadores alegando una caída del 8,5 por ciento en su nivel de producción previsto para este año.
Estos disturbios han supuesto un final inesperado para las celebraciones del vigésimo aniversario de la declaración de independencia de Kazajistán, ocurrida el 16 de diciembre de 1991.
En Astaná, donde hoy se inauguró un arco de triunfo para conmemorar esta señalada fecha, Nazarbáyev había subrayado la víspera los logros económicos logrados en estas dos décadas, y había apostado por una nueva estrategia destinada a mejorar las condiciones de vida de la población kazaja.
En una alocución realizada en el Palacio de la Independencia, Nazarbáyev aludió también a la necesidad de "proteger" la estabilidad del país, un ejemplo durante estos veinte años para una región sacudida por periódicas crisis que han derribado gobiernos en la vecina Kirguizistán, causado guerras civiles en Tayikistán y amenazado el Gobierno dictatorial de Uzbekistán.
Nazarbáyev ha estado al frente de Kazajistán desde 1989 y se convirtió en el presidente del nuevo país en 1991.
El pasado mes de abril, se celebraron en Kazajistán los últimos comicios presidenciales, en los que Nazarbáyev fue reelegido con el 95,55 por ciento de los votos.
Los observadores enviados por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) señalaron entonces que esas elecciones fueron poco acordes "con los estándares democráticos".
El próximo 15 de enero, Kazajistán celebrará elecciones parlamentarias anticipadas, en las que por primera vez podrán acceder al poder Legislativo partidos que obtengan menos del 7 por ciento de los votos emitidos.
Los opositores ven poco claro que puedan avanzar mucho en su representación en el Mazhilis (la Cámara Baja), hoy dominada por el monopolio absoluto del partido Nur Otan de Nazarbáyev.
Según señalan, como mucho la reforma legal permitirá el acceso al Mazhilis a alguno de los grupos aparentemente críticos, pero que en realidad respaldan a Nazarbáyev, como el Partido Democrático de Kazajistán.
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