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KABUL, Afganistán, dic. 7, 2011.- El presidente afgano, Hamid Karzai, regresó a la capital del país para visitar a los cientos de heridos y a los afligidos familiares de los fallecidos en un atentado sectario sin precedentes en un lugar venerado por los chiítas, informó este miércoles la oficina de la presidencia.
La oficina de Karzai informó que el mandatario recortó una visita oficial a Alemania y Gran Bretaña debido al atentado del martes que mató al menos a 56 fieles chiítas y dejó heridos a más de 160 afuera de un santuario donde cientos se habían reunido para celebrar el feriado del Ashoura.
El Ashoura es uno de los días más sagrados del calendario musulmán chiíta y conmemora el día del aniversario de la muerte del sobrino nieto de Mahoma, Imán Hussein, en el siglo siete.
El gobierno estadounidense informó que uno de sus ciudadanos figura entre las 56 personas que murieron en el atentado en una mezquita en la capital afgana.
La embajada de Estados Unidos informó en un comunicado emitido este miércoles que ya se pusieron en contacto con la familia del fallecido y les expresaron sus condolencias. La vocera de la embajada Megan Ellis informó que la víctima no trabajaba para el gobierno estadounidense. Se negó a dar más detalles.
Es la única muerte de un extranjero que se ha confirmado hasta ahora por el ataque sectario del martes.
La explosión, aunada a otra menor que causó la muerte de cuatro personas que viajaban en un vehículo en una ciudad del norte de Afganistán, representó el primer atentado importante del que se tenga memoria en contra de una secta musulmana en territorio afgano.
Karzai informó a través de un comunicado emitido poco después de la explosión que el atentado en contra de chiítas no tenía precedentes en cuanto a alcance y marcó la primera vez que uno se perpetra durante un acto religioso.
La oficina de Karzai indicó el miércoles que el presidente afgano planea pasar el día visitando a los heridos que se encuentran en hospitales de la capital del país.
Mientras tanto, los familiares de los muertos se reunieron para los funerales en diferentes sitios de Kabul. En el oeste de la ciudad, un grupo de dolientes cargó cuatro cadáveres en un cortejo fúnebre hacia el cementerio chiíta más grande de la capital de Afganistán. Los presentes mostraron fotografías de las víctimas y gritaban, "¡Son mártires! ¡Les rendimos homenaje!"
Uno de los dolientes dijo que ya no hay lugar seguro en territorio afgano.
"Matar a musulmanes frente a un santuario, es increíble", dijo Mohamad Nahim, de 35 años.
"Anoche les prohibí a mis hijos visitar un santuario por las noches. Es demasiado peligroso", agregó.
KARZAI CULPA A GRUPO CON BASE EN PAKISTÁN
Asimismo, Karzai acusó a un grupo con base en Pakistán del atentado.
"El atentado suicida sin precedentes contra el santuario chiíta fue planeado en Pakistán", denunció Karzai durante una visita a un hospital de la capital afgana en el que se encontraban varias víctimas del ataque, según el canal televisivo local Shamshad.
Karzai agregó que las autoridades "han iniciado una investigación" para esclarecer lo sucedido, aunque subrayó que "el grupo que está detrás del ataque tiene su base en Pakistán".
"Abordaremos el asunto con el Gobierno paquistaní", dijo.
Según los analistas, el mandatario afgano hizo alusión a la organización extremista de corte sectario Lashkar-e-Jhangvi, a la que se atribuye un gran número de acciones terroristas en suelo paquistaní contra miembros de minorías religiosas.
Los chiítas representan casi el 20 % de la población de Afganistán, donde predomina la corriente sunita, en la que se enmarca la insurgencia talibán.
Los talibanes, no obstante, condenaron ayer mismo el doble ataque y mantuvieron que su movimiento integrista "no permite atacar a afganos en nombre de su religión, tribu o procedencia"
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