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HARTFORD, Estados Unidos, nov. 6, 2011.- Decenas de miles de personas en el helado noreste de Estados Unidos continuaban el domingo sin suministro de electricidad, ocho días después de que una inusual tormenta de nieve en octubre dejó a gran parte de la región en la oscuridad.
Muchos pasaron otro día sin servicio eléctrico o calefacción, permaneciendo mucho tiempo en centros comerciales, mirando películas o pernoctando en casa de amigos ante la posibilidad de enfrentar otro día sin electricidad.
La tormenta del 29 y 30 de octubre golpeó duramente el noreste y dejó sin energía eléctrica a más de tres millones de casas y negocios en toda la región.
El estado más afectado es Connecticut, donde más de 104.000 clientes aún estaban a oscuras el domingo. Nueva Jersey y Massachusetts tenían todavía aproximadamente 4.000 clientes cada estado en espera de que se restablezca el suministro, y las compañías de electricidad esperaban lograrlo para la medianoche.
Connecticut Light & Power, la compañía eléctrica más grande del estado, estaba decidida a cumplir su meta de restaurar el servicio a 99% de sus 1,2 millones de consumidores para la medianoche.
"Esta sigue siendo una meta muy firme, y estamos realizando todo lo que podemos para cumplirla", dijo el presidente de CL&P, Jeffrey Butler, quien también ha estado sin electricidad desde que el generador dejó de funcionar en su casa, en una de las poblaciones más afectadas al oeste de Hartford.
Cálculos nuevos publicados por CL&P mostraron que el servicio se restaurará por completo hasta el miércoles, dejando a muchos preguntándose si se levantarán el lunes encontrando con que están en el restante 1% sin electricidad.
"Estamos decepcionados, desalentados, cansados, pero no sé realmente qué más se puede decir", comentó Chet Matczak, de Simsbury, un suburbio especialmente afectado. "Mucho de esto es simplemente cuestión de suerte", agregó.
El gobernador de Connecticut Dannel P. Malloy inició una investigación independiente sobre la respuesta de las compañías de electricidad entre un torrente de quejas de clientes, incluido un departamento de bomberos local que señaló que CL&P puso en riesgo la seguridad al no despejar rápidamente los caminos retirando postes y ramas de árbol caídos.
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