El intercambio de parejas en España

Estudio revela que uno de cada cuatro españoles, el 23% de la población, estaría dispuesto a participar en un intercambio de parejas; los hombres, más favorables a experimentarlo que las mujeres

MADRID, España, oct. 14, 2011.- Basta con el simple epígrafe de "intercambio de parejas" en cualquier buscador de Internet para que se abran un sin fin de posibilidades, opciones, páginas, anuncios dónde acudir y visitar.

Esto es sólo una muestra de lo que las nuevas tecnologías ponen al alcance de nuestra mano y nuestra mente. Existe información y acceso a cualquier cosa que se nos ocurra y a la que, no hace tantos años, era impensable obtener.

Este avance del ciberespacio, unido al ritmo de vida acelerado donde se crece más rápido, pero al mismo tiempo nos mantiene en una permanente adolescencia, provoca que los jóvenes se inicien antes en las artes amatorias.

Y como pescadilla que se muerde la cola, también provoca que la imaginación sexual se agote mucho antes que antaño.

Algo que podría explicar que uno de cada cuatro españoles, el 23% de la población, se muestre dispuesto a participar en un intercambio de parejas, según ha concluido un estudio elaborado por la primera red social de parejas liberales Swinger Plex.

La encuesta, elaborada entre 3.000 españoles de ambos sexos, demuestra que los hombres están más dispuestos a adentrarse en el mundo swinger, en un 28% de los casos, frente al 19% de las mujeres.

La curiosidad es el principal motivo que aluden los encuestados, pero no el único. Además, creen que les dará posibilidad de revitalizar y activar la relación con su actual pareja, aunque también ven un componente de aventura y morbo en el intercambio.

La edad media que confiesan se embarcaría en esta aventura ronda los 31 años y en cuanto al lugar que escogerían, la mayoría se inclina por un hotel (52%), seguido de un local especializado en intercambios (31%) y el resto optaría por la calidez del hogar.

Según el creador de esta web, Alexander Marquardt, el interés por este tipo de relación tiene mucho recorrido ya que cada día se reciben más estímulos sexuales. Las etapas sexuales se agotan y llega un determinado momento que las personas han probado de todo, agrega Marquardt.

Entonces nace la curiosidad por iniciar este tipo de relaciones, en ocasiones cerrada y celosa, pero una vez que se está dentro se crean amistades muy estrechas.

De los consultados sólo el 1% confiesa haber participado en un intercambio. Vergüenza en admitir su participación o en lanzarse a probarlo, sea como fuere la realidad está todavía muy lejos de la intención.