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LONDRES, Reino Unido, oct. 9, 2011.- Las labores para remover las casi dos mil toneladas de petróleo de un buque de carga que encalló en un arrecife de Nueva Zelanda siguen ante el temor de que los fuertes vientos que se esperan el lunes causen fracturas en el carguero. El derrame de petróleo del buque Rena MV de bandera liberiana ha dejado una mancha de cinco kilómetros hasta el momento.
El carguero transportaba unas 17 mil toneladas de combustible y cuatro contenedores de una sustancia tóxica de ferrosilicio cuando naufragó el pasado miércoles en el arrecife Astrolabe, a unos 12 kilómetros de la costa, tras partir de las ciudades portuarias de Napier a Tauranga, ambas en la Isla Norte.
Las autoridades neozelandesas consideran que el combustible proviene de algunas tuberías rotas y no del tanque del carguero, que tiene un peso de 47 mil toneladas, 236 metros de eslora y 21 años de antigüedad.
Este domingo el primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, aseguró que ya se han puesto en marcha dos investigaciones para determinar por qué el barco colisionó con el arrecife Astrolabe. Key voló en un helicóptero sobre la zona donde se encuentra el buque para dar seguimiento a las meditas tomadas para evitar un desastre ecológico.
En tanto, la Armada de Nueva Zelanda envió cuatro barcos para ayudar a extraer el petróleo que se está fugando y tratar de prevenir más daños. Hasta el momento no se sabe por qué el Rena encalló el miércoles en el arrecife.
La compañía que se encuentra al mando del rescate del barco, Svitzer Salvage, dijo que el petróleo necesita ser asegurado y luego removido antes de que pueda darse un intento para poner a flote el buque.
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