Atacante de Noruega exige renuncia del rey para extender confesión

Los servicios secretos reiteran que el asesino confeso actuó solo y no existe ninguna célula criminal detrás de los ataques

LONDRES, Reino Unido, jul. 31, 2011.- El asesino confeso del atentado en Oslo y matanza de Utoya, Anders Behring Breivik, exigió la renuncia del gobierno de Noruega y la abdicación del rey Harald V, a cambio de revelar detalles sobre otros ataques, reveló hoy la cadena NRK.

Durante su interrogatorio del viernes pasado ante la policía, el segundo tras su arresto la semana pasada, Breivik no mostró remordimiento sobre las personas fallecidas y reveló que tenía planes de llevar a cabo otros ataques.

Los blancos de esos ataques serían el Palacio Real y la sede del partido social-demócrata, entre otros importantes sitios de Noruega, que podrían estar aún en pie y podrían realizar células extremistas, según el reporte de la televisión privada NRK.

El atacante, quien según la prensa local habría comprado materiales del arsenal que utilizó a proveedores británicos a través del portal Ebay, dijo que renunció a los ataques contra el Palacio Real y el partido del primer ministro Jens Stoltenberg por 'razones logísticas'.

De acuerdo con el reporte de la televisora noruega, durante su interrogatorio, que duró más de 10 horas, Breivik habría expresado su disposición de revelar detalles de los otros ataques a cambio de la renuncia del primer ministro y la abdicación del rey Harald V.

Además, el asesino confesó también habría exigido ser instalado como jefe del Ejército, lo que según NRK, evidenciaría que el acusado, de 32 años de edad, no está bien de sus facultades mentales.

La cadena noruega aseguró en su reporte que la Policía se negó a las demandas de Breivik y ordenó mantenerlo en aislamiento, hasta la próxima semana, cuando será sometido a dos exámenes psiquiátricos.

En tanto, los servicios secretos de Noruega reiteraron el domingo su versión de que el asesino confeso actuó solo y que no existe ninguna célula criminal detrás de los ataques, cuyas víctimas fatales aumentaron a 77 tras la muerte de uno de los heridos el viernes pasado.