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BUENOS AIRES, Argentina, jul. 16, 2011.- Los resultados parciales de los exámenes genéticos practicados a los hijos adoptivos de la dueña del Grupo Clarín desataron una fuerte polémica, luego que el diario aseguró que no son hijos de víctimas de la dictadura argentina.
La empresa más importante de comunicación de Argentina difundió este sábado, a través de todos sus medios impresos y electrónicos, que los resultados de la comparación entre el ADN de Marcela y Felipe Noble Herrara con familias de desaparecidos fue negativo.
El estudio, sin embargo, no es concluyente porque se refiere sólo a la comparación con familias que denunciaron robo de bebés durante 1975 y 1976, pero falta por realizar el cotejo con todas las muestras que alberga el Banco Nacional de Datos Genéticos.
Aunque el grupo multimedios propiedad de Ernestina Herrera de Noble dio prácticamente por cerrado el caso y se victimizó calificando el caso como 'persecución política', la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, dijo que se deben profundizar otros estudios.
La identidad de Marcela y Felipe, hijos adoptivos de Ernestina Herrera, se convirtió en uno de los principales botines de la guerra que hace cuatro años comenzaron el Grupo Clarín y el gobierno de la presidenta Cristina Fernández.
El caso comenzó en 1976, cuando Herrera de Noble, dueña del diario Clarín, adoptó de manera irregular a una bebé que, según dijo, se había encontrado en la puerta de su casa y luego a otro que le 'ofrecieron' en una comisaría.
La acaudalada empresaria fue una férrea defensora de la última dictadura militar argentina (1976-1983), la cual se caracterizó por el robo de bebés a mujeres que parían en los centros clandestinos de detención y luego eran asesinadas.
En 2002, Herrera de Noble fue detenida por 'supresión de estado civil, retención y ocultamiento de menores y falsificación de documento público', pero quedó en libertad seis días después y el juez de la causa terminó destituido.
Desde entonces, la mujer obstaculizó por todos los medios la realización de los exámenes de ADN de sus hijos adoptivos, pero hace dos años, en plena pelea del Grupo Clarín con el gobierno, no pudo impedir que la causa avanzara.
El mes pasado, Marcela y Felipe aceptaron realizarse voluntariamente las pruebas genéticas a las que tanto se habían negado, por lo que se sospechó que sabían ya que el resultado sería negativo.
En agosto se darán a conocer las conclusiones del análisis, y si se confirma que no hay pruebas de que los jóvenes sean hijos de desaparecidos, representará un golpe político para Fernández en su camino a la reelección.
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