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KABUL, Afganistán, jul. 13, 2011.- El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, pidió este miércoles a los talibanes que dejen de matar y opten por la paz, durante el entierro de su hermanastro Ahmed Wali Karzai, asesinado ayer por un hombre de su confianza en su casa de Kandahar (sur).
Rodeado de guardaespaldas, Hamid Karzai se acercó a la tumba recién cavada de su hermanastro y sollozó junto al féretro.
"Pido a los insurgentes talibanes que dejen de matar y se unan al proceso de paz, que beneficia a todos los afganos", afirmó el mandatario en el pueblo de Karz, de donde es originaria la familia Karzai, a unos 20 kilómetros de Kandahar.
El presidente afgano, rodeado de fuertes medidas de seguridad, estuvo acompañado durante las exequias por miembros del Gabinete, parlamentarios, líderes tribales de la región y representantes de la misión de la OTAN en el país centroasiático.
"Es fácil matar y cualquiera puedo hacerlo, pero el verdadero hombre es el que puede salvar vidas humanas", dijo Karzai.
"Había helicópteros volando alrededor de Kandahar y cientos de agentes de las fuerzas de seguridad se desplegaron para asegurar la residencia de la familia Karzai en el distrito de Dand", explicó el portavoz del Gobierno regional de Kandahar, Zalmai Ayubi.
Imágenes emitidas por el canal televisivo afgano Tolo Tv mostraron a Karzai, miembros de su familia y decenas de personas en el cementerio, donde el presidente se quitó el calzado y se agachó para ver el cadáver de su hermano por última vez.
Ahmed Wali Karzai era el jefe del Consejo provincial de Kandahar y se le consideraba el hombre más poderoso del sur afgano, donde a lo largo de los años había puesto en marcha una tupida red de colaboradores para velar por los intereses de la familia.
El ataque ocurrió ayer en la residencia de Kandahar, donde Wali Karzai fue tiroteado por uno de sus hombres de confianza, Sardar Mohamad, perteneciente a la misma tribu que la familia en el poder, la Popalzai.
Mohamad esperó con una "carta en la mano" a que la víctima saliera del interior de la residencia para hacer las abluciones previas a la oración y después le disparó en la cabeza y el pecho, informó la oficina del gobernador de Kandahar.
El asesino murió por los disparos de los guardaespaldas y su cuerpo fue, según distintos medios, expuesto públicamente en la ciudad.
El movimiento talibán se atribuyó el ataque, que calificó como uno de sus "más grandes logros", aunque no presentó pruebas de ello, y hoy emitió un comunicado en el que amenazó a "todos aquellos afganos que apoyan a las tropas extranjeras".
Los talibanes iniciaron con la llegada del buen tiempo su tradicional ofensiva de primavera, que suele traer consigo un recrudecimiento de sus acciones armadas y un intento por lograr acciones de impacto contra las tropas y el Gobierno afgano.
Hoy mismo, dos bombas estallaron en Kandahar al paso de la comitiva del gobernador de la provincia de la vecina Helmand, Mohammad Gulab Mangal, cuando esta se dirigía al funeral, y causaron heridas a dos soldados.
Aunque Wali Karzai había sufrido constantes acusaciones de corrupción y narcotráfico y no tenía la confianza de las tropas extranjeras presentes en el país, los analistas creen que su muerte deja un vacío de poder en un momento muy delicado para Afganistán.
Este mes de julio es el elegido por los principales líderes occidentales para iniciar el proceso de retirada del país y comenzar la transferencia de las responsabilidades de seguridad a las tropas afganas en siete zonas, a priori las más tranquilas.
En total, hay desplegados en el país 133.000 soldados extranjeros, y está previsto que el proceso de retirada termine en el año 2014.
En pleno entierro, Hamid Karzai nombró como nuevo jefe del Consejo provincial de Kandahar a Sha Wali Karzai, otro de sus hermanastros y hermano del asesinado, y poco más tarde abandonó la zona acompañado de su comitiva y regresó a la capital afgana, Kabul.
Karzai ha recibido las condolencias, entre otros, de Estados Unidos, la misión de la OTAN, Pakistán o la India y también de Francia, cuyo presidente, Nicolas Sarkozy, había viajado a Kabul en visita oficial cuando trascendió la noticia del asesinato.
"Pertenecemos a Alá y a él volvemos. Esta es la vida diaria del pueblo afgano. Lo sufrimos todos y esperamos poner fin a estos sufrimientos del pueblo", afirmó Karzai este martes sobre la muerte de su hermano en una rueda de prensa conjunta con Sarkozy.
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