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LOS ÁNGELES, Estados Unidos, jul. 8, 2011.- Los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, comenzaron hoy su primera visita oficial a Estados Unidos, que transcurrirá íntegramente en el sur de California donde su presencia ha despertado una gran expectación mediática.
La pareja real aterrizó pasadas las 15.50 hora local (22.50 GMT) en un avión militar canadiense en el aeropuerto internacional de Los Ángeles en un vuelo procedente de Calgary, en Canadá, país al que llegaron el pasado día 30 de junio como etapa inicial de su primer viaje al extranjero tras su boda en abril.
El príncipe Guillermo y su esposa fueron recibidos entre fuertes medidas de seguridad por una pequeña comitiva encabezada por el embajador británico en Estados Unidos, Nigel Sheinwald, así como por el gobernador de California, Jerry Brown, y el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa.
Catalina Middleton, quien cambió el chaquetón rojo con el que dejó Canadá por un vestido más veraniego, recibió nada más dejar el avión un ramo de flores con los colores de la bandera estadounidense.
Tras el aterrizaje, los duques se subieron en unos vehículos todoterreno y se dirigieron a un encuentro empresarial para fomentar las relaciones económicas entre el Reino Unido y Estados Unidos que se celebra en el hotel Beverly Hilton, en Beverly Hills.
Una vez concluya el acto se desplazarán a la casa consular donde habrá una recepción a la que están invitadas personalidades del mundo de negocios, la política y la filantropía californiana.
Durante los próximos días, cientos de periodistas acreditados seguirán las idas y venidas de los recién casados por las arterias de Los Ángeles, ciudad donde establecerán su residencia hasta el domingo.
Guillermo y Catalina tienen programado al detalle su itinerario hasta el punto de que ni siquiera los paparazzi creen que los duques vayan a regalarles alguna aparición sorpresa que les permita rentabilizar algunas fotografías, según comentaban a la prensa local.
Como medida preventiva, no obstante, las autoridades locales vigilarán estrechamente los alrededores de la casa consular británica en Los Ángeles, una vivienda de 7 dormitorios y baños localizada en la zona de Hancock Park, en la que se hospedarán los duques.
Los vecinos del adinerado barrio firmaron documentos que autorizan a la policía a entrar en sus propiedades si detectan a cualquier intruso tratando de conseguir una instantánea de la pareja en privado que podría valer su precio en oro.
Algunos residentes de casas colindantes confirmaron que varios medios les habían hecho ofertas de dinero para que les dejaran husmear desde sus ventanas aunque, al parecer, ninguno aceptó la propuesta.
La agenda de los duques de Cambridge continúa mañana en la mañana en Santa Bárbara, 150 kilómetros al norte de Los Ángeles, en donde se celebrará un encuentro de polo con motivos benéficos en el que participará el príncipe, quien lucirá una camiseta azul diseñada por la firma británica Wills University Outfitters.
Catalina, cuyo estilismo será observado con lupa por los analistas de moda, será la encargada de entregar el trofeo, una copa Tiffany, al equipo ganador en un evento para el que la entrada más barata está en 400 dólares y la más exclusiva vale 4 mil dólares.
Los jugadores de polo tuvieron que abonar 60 mil dólares para tomar parte en el choque.
Esa misma noche, ya de vuelta en Los Ángeles, la pareja real será el centro de atención en una cena de etiqueta con todo el "glamour" de Hollywood que tendrá como escenario el teatro Belasco del centro de la ciudad.
Jennifer López, Marc Anthony, Zac Efron, Jack Black, Nicole Kidman, Tom Hanks o Barbra Streisand son algunos de los famosos que desfilarán por la alfombra roja del evento organizado por la Academia Británica del Cine y la Televisión para dar a conocer a los magnates del cine a los nuevos talentos artísticos de Reino Unido.
El domingo, última jornada de la estancia de los duques antes de retornar a su país, Guillermo y Catalina se reunirán con la organización benéfica por África Trust Tusk, y visitarán el centro educativo angelino Inner-City Arts para niños desfavorecidos y una feria laboral para militares retirados.
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