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MANAMA, Barein, jul. 2, 2011.- Las autoridades bareiníes y la oposición inauguraron hoy el diálogo nacional, que pretende impulsar las reformas políticas y poner fin a la crisis que vive el país desde el inicio de las protestas contra el régimen el pasado mes de febrero.
El diálogo, cuyas reuniones comienzan el próximo martes y durarán todo el mes de julio, fue convocado por el rey Hamad bin Isa al Jalifa y en él participan los partidos opositores liberales y los chiíes Al Wefaq y Waad, entre otros.
En la inauguración del acto, el presidente del Parlamento bareiní, Jalifa bin Ahmed al Dahrani, aseguró que el diálogo pretende "impulsar el proceso de reforma" que se inició hace una década.
"Somos testigos de una etapa importante de renacimiento y desarrollo en la que el pueblo bareiní contribuye en el diseño del futuro mediante el diálogo del consejo nacional", subrayó Al Dahrani. Asimismo, indicó que en "esta histórica etapa no se pueden cancelar las reformas que se han logrado, sino construir sobre ellas".
"El diálogo nacional -continuó- es una oportunidad para alcanzar un consenso sobre el método del proceso de reformas, y lo iniciamos sin condiciones ni limites. Nuestra única condición es aceptar a todos y la concordia entre todos los componentes del pueblo".
Durante el diálogo, todos los participantes podrán plantear sus demandas y opiniones y se analizarán temas del ámbito político, económico, social y jurídico.
"Hoy comienza la participación seria y responsable para construir el futuro del país. El diálogo es una responsabilidad con la que tratamos con toda transparencia y objetividad", reiteró Al Dahrani.
Las protestas para pedir reformas democráticas en el pequeño reino de Baréin comenzaron el pasado 14 de febrero, y en ellas han muerto una treintena de personas, mientras que decenas de detenidos han sido llevados ante la justicia.
Esta revuelta puso de manifiesto el conflicto sectario en el país, donde el 70 por ciento de la población es chií pero está gobernado por una monarquía suní.
La oposición bareiní exige la instauración de una monarquía parlamentaria, con una nueva Constitución que permita al pueblo elegir un gobierno y un Parlamento independientes.
El mayor grupo opositor, el chií Al Wefaq, anunció justo ayer su participación en el diálogo en un acto con sus simpatizantes, donde aprovechó para criticar la discriminación que sufren los chiíes en el reino y las recientes condenas a cadena perpetua emitidas contra opositores de esta confesión.
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