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MADRID, España, mayo 19, 2011.- Miles de españoles seguían acampando este jueves en el centro de Madrid para expresar su malestar contra los partidos políticos y la forma en que el país ha manejado la crisis económica, en un movimiento conocido como la "revolución de los indignados".
Muchos de ellos pasaron su segunda noche consecutiva en tiendas de campaña o cubiertos con mantas en la céntrica Puerta del Sol de la capital española. Convocadas a través de las redes sociales, otras acampadas pacíficas se reprodujeron en ciudades como Barcelona, Granada, Valencia o Zaragoza y amenazaban con alterar la recta final de la campaña electoral para las elecciones municipales y autonómicas del domingo.
El Junta Electoral de Madrid, que vela por la limpieza de la campaña, prohibió la manifestación de este jueves por la noche en Sol, argumentando que podía alterar los comicios. Unos 500 agentes de la policía antidisturbios montaron guardia frente a la muchedumbre, aunque finalmente no intervinieron y no se registraron incidentes.
El movimiento protagonizado por estos colectivos de "indignados" se produce en la recta final de la campaña para las elecciones municipales y autonómicas del próximo domingo en España, en las que piden a los ciudadanos "un voto responsable".
Uno de los portavoces del movimiento, Óscar Rivas, dijo que la noche fue muy tranquila y emocionante por el apoyo que han recibido desde distintas ciudades, como Nueva York, Berlín o Florencia (Italia).
La emblemática plaza, corazón de la ciudad y paso obligado de los turistas, continúa llena de pancartas en las que se puede leer: "Que no nos engañen", "Que nos digan la verdad", "La revolución estaba en nuestros corazones y ahora vuela libre por las calles" o "Libertad de expresión, así no".
La sede del Gobierno regional de Madrid, situada en la Puerta del Sol, se encuentra protegida por numerosas vallas y la Policía, que ha disminuido considerablemente su presencia en la zona, sigue vigilando los movimientos de los acampados.
Protestas similares se viven en otras ciudades españolas, como Barcelona y Zaragoza.
La Junta Electoral de la capital y de otros municipios tenían previsto reunirse a lo largo del día para tomar una decisión sobre estas protestas, que pretenden seguir vivas al menos hasta el día de las elecciones.
El vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que ante un eventual desaolojo de los manifestantes, la policía "resuelve problemas, no los crea".
Las protestas son un remanente de las manifestaciones convocadas el pasado domingo por la plataforma apolítica Democracia Real ¡Ya!, que han generado un airado debate en todo el país.
La crisis económica que vive España se deja sentir sobre todo en una gran destrucción de empleo, lo que ha acarreado casi cinco millones de personas desempleadas, más del 20 por ciento de la población activa, con una especial incidencia en los jóvenes.
Según las últimas cifras, el desempleo entre los menores de 25 años supera el 40 por ciento.
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