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WASHINGTON, Estados Unidos, mayo 2, 2011.- La operación secreta que culminó en la ejecución del escurridizo y peligroso Osama Bin Laden, fundador de la Organización terrorista de Al Qaeda, autor intelectual de docenas de atentados terroristas que dejaron miles de muertos en Estados Unidos y otras naciones, se preparó meticulosamente durante años.
Con apoyo al resultado de interrogatorios de detenidos sospechosos de terrorismo en Guantánamo y otras prisiones secretas analistas de las agencias Central de Inteligencia e Inteligencia del Departamento de Defensa, prácticamente peinaron Pakistán en busca del lugar donde se escondía Bin Laden.
Luego de haberlo ubicado y seguido un tiempo, la inteligencia estadounidense había perdido su pista en agosto del año pasado, lo que los obligó a revisar la información que tenían y repasar sus planes operacionales.
Así, lograron establecer la identidad de uno de los mensajeros de mayor confianza de Osama Bin Laden, quien era protegido de Khaled Sheik Mohammed, presunto organizador de los ataques del 9/11.
Durante meses y con apoyo de aviones no tripulados, la inteligencia militar siguió los movimientos del mensajero, a quien finalmente ubico en una lujosa mansión, de tres pisos de altura y valor superior a un millón de dólares en Abbottabad, en la provincia de Khyber Pakthtunkhwa, Pakistán, que tiene una población de 100 mil habitantes y se ubica a 80 km. de Islamabad.
La casa, que destaca en el vecindario, fue diseñada específicamente para Bin Laden. Tenía un gran estacionamiento y grandes murallas que impedían ver hasta el balcón del 3er. piso. No tenía teléfonos fijos ni celulares; tampoco radio, televisión, antenas; nada, que permitiera detectarlos o hacerse sospechosos.
El operativo fue planeado, revisado y conducido por un equipo altamente preparado de la unidad de operaciones especiales, en coordinación con la Agencia de Inteligencia de Defensa y la CIA.
Los especialistas confrontaron la información proporcionada por detenidos sospechosos de terrorismo, bajo custodia estadounidense. Entonces comenzaron a monitorear la mansión y contactaron diversas personas e informes que los condujeron a uno, otro y finalmente a Obama.
Los responsables de la operación, con los titulares del Gabinete de Seguridad Nacional, notificaron al presidente Obama acerca del comienzo de un proceso de evaluación y constante actualización.
En septiembre del año pasado, el Presidente Barack Obama fue notificado; se le presentaron las evaluaciones de inteligencia -dicen algunos reportes- y se determinó la posibilidad de que Bin Laden no estuviera agazapado en las montañas de Hindocush, en la frontera de Afganistán con Pakistán.
A mediados de Febrero, dicen los reportes, se comenzaron a hacer los preparativos del operativo y se organizaron cinco reuniones para el presidente Barack Obama.
El primero fue el 14 y 19 de marzo, luego el 19, 22 y 28 de abril, mostrando planes alternativas, ubicación, proyectos, hasta que el presidente Obama autorizó la operación el viernes 29 de abril; sin embargo, por cuestiones logísticas se llevaría a cabo hasta la mañana del 1 de mayo.
De acuerdo al diario Washington Post, fue Thomas Donilon, asesor de Seguridad Nacional quien preparando todos los documentos necesarios.
El viernes, antes de salir a recorrer con su esposa entidades del estado de Atlanta, a causa de los tornados, Obama reunió a su gabinete de Seguridad Nacional en la Casa Blanca para lanzar el operativo, que tendría que ser con precisión quirúrgica.
El domingo, el presidente Obama siguió sosteniendo reuniones con sus expertos en seguridad en el Situation Room para conocer detalles de la operación.
El operativo duró 45 minutos. Hubo disparos y algunas explosiones y al cabo de ello, los soldados estadounidenses pudieron confirmar la muerte de Bin Laden, dos Mensajeros y una mujer que presuntamente fue utilizada como escudo humano.
También se detuvo a dos personas mas que resultaron heridas.
Con satisfacción, el presidente Barack Obama pudo entonces, en cadena nacional anunciar que consiguió lo que los ex presidentes, Bill Clinton y George Bush, no pudieron en su momento: capturar al terrorista, hijo de un acaudalado hombre de negocios de Arabia Saudita, con supuestos vínculos con la familia real árabe.
Aunque se espera una oleada de ataques de la organización terrorista Al Qaeda el pueblo norteamericano, que ha tenido que llorar miles de familiares y compañeros, dice sentir una especie de alivio que les ayudara a superar los dramáticos ataques terroristas en el WTC, y disipar tensiones en Medio Oriente, donde la administración Obama apoya los movimientos que buscan liberar naciones árabes de regimenes autoritarios y opresivos que los han gobernado durante tantos años.
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