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LONDRES, Reino Unido, abr. 30, 2011.- La Abadía de Westminster reabrió hoy sus puertas para recibir a cientos de personas que desde temprana hora hicieron fila para lograr entrar al máximo recinto religioso de la iglesia anglicana.
Esta mañana, había una larga fila que daba la vuelta a la Abadía. Cientos de personas esperaban pacientemente entrar a la iglesia para ver los arreglos florales de la boda celebrada el pasado viernes, entre el príncipe Guillermo y Catalina.
'Vengo de Newcastle, a 430 kilómetro de Londres, sólo para ver los arreglos florales', dijo una de las personas que esperaron pacientemente la entrada, mientras que otra comentó que también estuvo ahí al día siguiente de la boda del príncipe Carlos y Lady Diana en 1981.
Otra familia inglesa, dispuesta a pagar lo equivalente a 25 dólares por persona en la entrada, dijo que a pesar de vivir en Londres, nunca habían visitado la Abadía, pero hoy esperan 'hacer un recorrido? del recinto donde se casaron Guillermo y Catalina.
El centro de Londres amaneció soleado, con lluvias de esporas que caen de los gigantes árboles de los parques públicos, Green Park y St. James, mientras que las áreas verdes se aprecian muy conservadas a lo largo del recorrido de 20 minutos a pie entre el Palacio de Buckingham y la Abadía de Westminster.
Sin embargo, donde hubo gente quedó la basura amontonada en bolsas de plástico a lo largo de The Mall, la calle que lleva al palacio de Buckingham, en espera de que lleguen los camiones de limpieza.
En tanto, un ejército de tramoyistas retiraba las tarimas de madera que fueron instaladas para los fotógrafos, mientras que los técnicos de televisión enrollaban kilómetros de cables de fibra óptica utilizados en la transmisión en vivo.
'Al menos son 10 kilómetros de cables que tienen que enrollar', dijo uno de los técnicos, acostumbrado a este tipo de eventos.
A unos metros, un camarógrafo de la cadena estadounidense NBC, apuntaba su lente hacia el Palacio de Buckingham, en espera de obtener una imagen de los novios.
'En Estados Unidos hay un gran apetito por esta historia', señaló el camarógrafo, mientras otros equipos de televisión comenzaron a retirarse esta mañana.
Decenas de curiosos se asomaban al palacio para tratar de ver el lugar donde los recién casados pasaron su primera noche de bodas.
Algunos turistas aprovechaban para tomarse fotos con la policía que custodia las puertas del palacio, residencia oficial de la Reina Isabel II.
Una pareja de españoles comentó que los 'ingleses son mucho más monárquicos', y cuando se casaron Leticia y el príncipe Felipe, 'no hubo este revuelo'.
A unas cuadras, un pequeño grupo de fotógrafos y reporteros permaneció durante horas afuera del lujoso Hotel Goring, en la exclusiva zona de Mayfair, donde anoche se hospedó la familia de la novia y algunos invitados de los Middleton.
El día después en Londres, la gente no se cansa de comentar la boda, el vestido, la tiara, el beso, la música, los invitados, pero las imágenes de cientos de miles de personas que tapizaron la calle principal del palacio son ahora historia, y en su lugar quedan vallas metálicas y pilas de basura en espera de que sean recolectadas.
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