Suspenden a sacerdote belga que abusó de su sobrino

Vaticano suspende al obispo Roger Vangheluwe, de 74 años, que abusó sexualmente de su sobrino; no podrá oficiar misa y Benedicto XVI decidirá su destino

CIUDAD DEL VATICANO, abr. 12, 2011.- El Vaticano aplicó sus nuevas reglas contra los abusos sexuales cometidos por jerarcas de la iglesia, al revelar que suspendió a un obispo belga del ministerio mientras las autoridades determinan su castigo.

El obispo Roger Vangheluwe, de 74 años, admitió que abusó de un sobrino y renunció hace un año en momentos en que el escándalo de delitos sexuales en la iglesia se propagaba por Europa y el Vaticano revisaba la manera en que ha atendido los procesos contra obispos y otros altos dirigentes.

Durante el fin de semana, varios obispos belgas informaron que Vangheluwe había sido solamente enviado fuera del país para que recibiera atención espiritual y psicológica, una salida aparentemente simple para la gravedad del delito.

En un comunicado en respuesta a preguntas AP, el Vaticano aclaró el martes que Vangheluwe ha sido sancionado, incluso con la prohibición de servir como sacerdote u obispo.

El Papa Benedicto XVI decidirá finalmente su destino. El pontífice basará el castigo en el diagnóstico y pronóstico del tratamiento de Vangheluwe, y en "el sufrimiento de las víctimas y la necesidad de justicia", afirmó el Vaticano.

Vangheluwe, que abusó de su sobrino incluso después de ser nombrado obispo en 1984, sigue siendo en sentido técnico un sacerdote, aunque no se le permita oficiar misa en público. Entre los posibles castigos que aplicaría Benedicto XVI figura también la posibilidad de retirarlo del sacerdocio.

La medida contra Vangheluwe llega en momentos en que altos dirigentes de la iglesia en otros lados están sometidos a una observación intensa por fiscales penales en relación con delitos sexuales. Entre esos jerarcas están un monseñor en Filadelfia y un obispo en Ottawa, Canadá. Ambos podrían caer en prisión.

En mayo, la iglesia revisó sus normas para permitir que la Congregación para la Doctrina de la Fe, su entidad encargada de velar por los principios y normas de la iglesia, procese a obispos y cardenales, no sólo a sacerdotes. En el pasado, el Papa delegaría los casos de obispos implicados en delitos canónicos a varias oficinas del Vaticano o al Tribunal Apostólico de la Rota Romana, una corte vaticana.