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BUENOS AIRES, Argentina, abr. 2, 2011.- Los principales candidatos opositores a la Presidencia de Argentina se comprometieron a defender la democracia del "uso indiscriminado del poder" que, a su juicio, ejerce el Gobierno, al que acusaron de "perseguir y amedrentar" a quienes no comulgan con su modelo político de gestión.
El compromiso quedó expresado en un documento que publican hoy todos los diarios de la capital del país bajo el título "Cuidar la democracia es el imperativo de la hora y lo vamos a hacer".
El pronunciamiento de la oposición se produjo varios días después de que trabajadores bloquearan las plantas impresoras de los diarios Clarín y La Nación, y afectaran la distribución de ambos periódicos, que mantienen una tensa relación con el Gobierno.
Los candidatos aclararon que el documento "no significa el preludio de un acuerdo electoral (con vistas a las elecciones de octubre), sino que sólo lo inspira un objetivo institucional: el respeto por la libertad de expresión, la independencia del Poder Judicial y el efectivo cumplimiento de los fallos".
"Forma parte de un acuerdo pétreo e inamovible que debe respetarse gobierne quien gobierne la República", señala el pronunciamiento de los líderes opositores.
El documento fue suscrito por Ricardo Alfonsín y Ernesto Sanz, de la Unión Cívica Radical; el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri; Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, y Eduardo Duhalde y Felipe Solá, del Peronismo Federal.
Los candidatos que decidieron no rubricar este escrito fueron el vicepresidente argentino, el radical Julio Cobos, quien está enfrentado con el Gobierno; Fernando Solanas, de Proyecto Sur, y Alberto Rodríguez Saá, del Peronismo Federal.
"Debemos unir fuerzas diversas en un único eje: no aceptar en silencio la persecución, el uso indiscriminado del poder o la utilización de organismos del Estado utilizados fuera de su finalidad", destacó el documento.
"Los medios de comunicación, las empresas, los trabajadores, las consultoras privadas que miden la inflación o cualquier ciudadano no deben ser penalizados por sus ideas o por desarrollar actividades lícitas que el Gobierno considera inconvenientes para sus intereses", aseveró.
Los líderes opositores consideraron que la democracia argentina "debe ser cuidada y protegida de acciones de intolerancia, de persecuciones, de señalamientos o intentos de discrecionalidad en el uso de los recursos que el mismo Estado posee".
"Los límites del Estado los define la Constitución, no el poder gobernante", añadió.
El bloqueo de las plantas impresoras de los diarios más importantes del país fue motivo de generalizado repudio de asociaciones de prensa, dirigentes políticos, empresarios e intelectuales.
Trabajadores de la empresa impresora dijeron que el bloqueo respondió a la "persecución sindical que sufren" sus delegados gremiales, mientras que Clarín sostuvo que fue víctima de "un apriete para que no se hable de la corrupción" gubernamental.
En ese sentido, el principal grupo multimedia del país dijo que fue blanco de grupos "kirchneristas", como se llama a los seguidores del fallecido expresidente Néstor Kirchner, esposo y antecesor de la jefa del Estado, Cristina Fernández, y activistas afines a Hugo Moyano, líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor central sindical del país.
La protesta se concretó en medio de la difícil relación que mantienen las mayores empresas periodísticas del país con el Gobierno de Fernández a raíz de la aprobación, en octubre de 2009, de una nueva ley de medios audiovisuales, impulsada por el oficialismo y rechazada por sectores de la oposición.
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