El lugar que prohibió la sal

La ciudad inglesa de Stockport buscar reducir el consumo de sal; en los restaurantes los saleros serán retirados de las mesas para evitar que su presencia induzca al antojo

LONDRES, Inglaterra, abr. 1, 2011.- Todos sabemos que la sal no es el condimento más saludable, incrementa los riesgos de presión arterial alta, ataques al corazón, asma, cáncer de estómago o embolias.

MESAS SIN SALEROS

En un esfuerzo por al menos reducir el consumo de sal, la ciudad inglesa de Stockport, en Manchester al norte de Inglaterra, ha optado por lo siguiente:

Tiendas que venden el típico platillo inglés, el Fish and Chips (pescado con papas a la francesa), cafés y restaurantes, eliminarán los saleros de sus mesas y los ocultarán bajo los mostradores.

Esto significa que los clientes deberán pedir los saleros directamente.

La iniciativa ha sido llamada ASK (pedir) y la idea es adoptar el lema de 'fuera de la vista, fuera de la mente', es decir, la intención es que aplicar el principio de que si no lo tenemos enfrente, no se nos antoja.

Si el experimento funciona, esto podría aplicarse pronto a nivel nacional.

MENOS ORIFICIOS

Ya en el 2008 hubo un intento menos drástico para reducir el consumo de sal en la población británica: los ayuntamientos ordenaron miles de saleros nuevos, que fueron repartidos en todos los restaurantes (saleros que fueron pagados por el contribuyente).

Estos nuevos saleros tenían menos orificios (5) que los existentes hasta ese momento (17), después de que un estudio demostrara que menos hoyos en los saleros reducían la cantidad de sal usada por los clientes a la mitad.

Anne Wallace, gerente de uno de los restaurantes que se ha unido a la campaña voluntaria, dijo que "lo que deseamos es que la gente piense un poco antes de sacudir un salero, y que no lo hagan sólo por hacerlo".

"CONTRA NUESTRA LIBERTAD"

Muchos han dado la bienvenida a la iniciativa, pero otros consideran que éste es un ejemplo más de un gobierno "diciéndonos lo que tenemos que hacer".

Les Jones, político, dice que "la gente no quiere ser tratada como niños... a los británicos no nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer... esto va a ser contraproducente", añadió.