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GUATEMALA, Guatemala, mar 22, 2011.- Cada quien vivirá por su lado, mientras se desarrolla el proceso electoral de Guatemala, porque la esposa pretende suceder a su marido en la Presidencia del país.
Álvaro Colom y Sandra Torres sorprendieron a muchos al solicitar la disolución de su matrimonio civil, derivado de la prohibición para que la esposa del gobernante guatemalteco sea postulada por el partido oficial.
Unos lo miran incrédulos, otros con indignación y sus seguidores con alivio. Lo que no se niega es que la decisión, calificada por la oposición como una acción de ambición de poder y defendida por sus seguidores con el argumento que tiene derecho a postularse, es que la noticia está polarizando a la sociedad guatemalteca.
Hay que esperar quince días para que el divorcio sea consumado, el tiempo que un tribunal de familia cumplirá con los trámites judiciales necesarios para declarar que Álvaro Colom y Sandra Torres ya no son marido y mujer.
El Artículo 186 de la Constitución Política de Guatemala, en el inciso "C" señala de la prohibición de presentarse a un cargo de elección a los familiares del gobernante de turno, hasta el cuarto grado de consaguinidad y el segundo en afinidad.
Analistas consideran que la acción no le deja la puerta abierta a la señora Torres, porque es evidente que el divorcio se deriva de su intención de buscar la Primera Magistratura del País.
Sus seguidores consideran que ella (Sandra Torres hasta ahora de Colom) tiene el legítimo derecho de representar a los sectores más necesitados, particularmente aquellas familias inscritas en los últimos meses, como miembros del partido oficial -Unidad Nacional de la Esperanza.
Son afiliaciones obligadas a cambio de recibir alimentos y bonos monetarios de unos cuarenta dólares mensuales, desde luego salidos de las arcas nacionales.
Se avizora un ambiente de permanente confrontación hasta el domingo 9 de septiembre, fecha en la que los guatemaltecos elegirán a un nuevo presidente y a su vicepresidente, así como 158 diputados, además de 333 gobiernos municipales y a 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano.
El partido oficial deberá caminar a marcha forzada para poder inscribir a Sandra Torres como candidata presidencial, pero antes, deberá sortear una serie de obstáculos jurídicos, que ya empezaron a llegar a la máxima corte del país, la de Constitucionalidad.
Habrá que esperar que depara el futuro para el partido oficial, porque por el momento la aún Primera Dama aparece en la intención de votos muy por debajo del candidato que se perfila como ganador, el opositor general retirado Otto Pérez Molina, líder del Partido Patriota.
Mientras tanto, la incertidumbre ya traspasa las fronteras guatemaltecas, el temor crece ante la expectativa que anuncia una campaña que podría ser la más violenta del país.
Será una lucha política que no podrá esconder Guatemala, aún después de haber transcurrido quince años, desde que se firmó la paz que le puso fin a 36 años y medio de enfrentamiento armado interno.
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