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MADRID, España, mar. 15, 2011.- Cuando la agencia Moodys rebaja un punto la prima de riesgo de la economía española, y no hace más que afianzar la recesión y por tanto su descrédito, algunos buscan nuevos canales para poder seguir viviendo.
La crisis económica ha provocado un boom en el cultivo de la marihuana. Lo hacen de manera doméstica y tan sólo en el pasado mes de octubre la policía descubrió una docena de casas de cultivo de esta droga en puntos de toda la geografía española; desde Madrid a Barcelona pasando por otras ciudades.
Y es que el cultivo casero de marihuana está en auge. No sólo el cultivo y la venta sino el consumo. Las mafias y los pequeños cultivadores buscan el anonimato en los fraccionamientos de clases medias y altas en España.
La Guardia Civil ha dicho que se han incrementado las aprehensiones de marihuana en viviendas unifamiliares del extrarradio, al tiempo que ha subido un 30% su consumo. Este cuerpo de seguridad del Estado tiene puestos sus ojos en los fraccionamientos de diseño uniforme nacidos al calor del boom inmobiliario que proporcionan un fácil anonimato tanto al pequeño productor como a las mafias.
Los primeros usan el pequeño jardín de la casa para cultivar un puñado de plantas. Los segundos acondicionan el interior de la vivienda con sofisticados sistemas de iluminación, riego y ventilación que favorecen un ciclo intensivo de producción del tetrahidrocannabinol.
A LA BÚSQUEDA DEL DINERO
No es de extrañar que aparezcan todo tipo de profesiones o de maneras de conseguir dinero cuando en España hay cinco millones de desempleados y, en un millón 300 hogares, ninguno de sus miembros trabaja.
Las perspectivas de crecimiento para España son muy escasas durante este 2011. En una crisis que comenzó en el 2008 y que ha destruido más de dos millones de puestos de trabajo.
No se podrá crear empleo hasta que España no crezca al menos al 2,5% y eso está demasiado lejos. Las perspectivas tanto del Gobierno como de la propia Unión Europea se sitúan en dos años más.
No es de extrañar por lo tanto que haya una economía B, una economía sumergida, que se dedique a diversas parcelas. Al final hay que vivir, hay que llegar a fin de mes.
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