Dan por muertos a cien atrapados bajo ruinas en N. Zelanda

Por Agencia | Fuente: EFE | 2011-02-23

Unas cien personas continúan atrapadas bajo el edificio de la televisión local en Christchurch, pero las autoridades consideran que no hay sobrevivientes y abandonan el rescate

SIDNEY, Australia, feb. 23, 2011.- Los equipos de salvamento en Nueva Zelanda abandonaron este miércoles sus intentos por rescatar a unas cien personas atrapadas bajo las ruinas de un edificio derrumbado por el terremoto de Christchurch, informó la Policía.

Fuentes del cuerpo explicaron que continuar la operación es un riesgo para el personal y no habrá supervivientes.

Entre el centenar de atrapados en la sede de la televisión local CTV hay unos veinte estudiantes japoneses que participaban en un programa de intercambio y un número indeterminado de periodistas y policías que intentaron evacuar las instalaciones justo después del sismo.

Los socorristas indicaron que no han detectado ninguna señal de vida bajo los escombros al inspeccionarlos con micrófonos de alta potencia y pequeñas cámaras de video.

De este edificio fueron extraídos siete cadáveres, 24 personas con vida y se estimaba que al menos otras 22, entre ellas un grupo de estudiantes extranjeros que realizaba un curso de inglés, estaban en la lista oficial de desaparecidos por el sismo.

"En este lugar en particular, la sede de televisión, había un número de jóvenes estudiantes y mi corazón está con sus familias", manifestó el jefe de operaciones de la Policía, Dave Lawry, a la radio estatal.

Según la página del centro Kings Education College English, en ese inmueble cursaban estudios alumnos de Japón, Tailandia, Filipinas, Corea del Sur y China.

La mayor parte de Christchurch, ciudad en las que residen unas 400.000 personas y es la segunda mayor del país, continuaba sin electricidad ni suministro de agua potable.

Previamente, una mujer fue rescatada tras permanecer casi 26 horas encajonada bajo una mesa en otro un complejo de oficinas derrumbado por el temblor que por ahora ha provocado 75 muertos confirmados.

Ann Bodkin fue recuperada por los equipos de salvamento de las ruinas del edificio PGG en Christchurch, indicó a la televisión local el alcalde de la ciudad, Bob Parker.

Parker añadió que Bodkin, ensangrentada pero que podía caminar, se fundió en un emotivo abrazo con su marido entre los vítores de la muchedumbre congregada en el lugar.

Su caso da esperanzas a las familias de las cerca de 300 personas que siguen desaparecidas por el temblor de 6,3 grados de magnitud en la escala Richter que ayer golpeó Christchurch.

Los servicios de emergencia trabajan a contrarreloj para encontrar supervivientes y creen que el número de muertos aumentará en las próximas horas.

El terremoto, cuyo epicentro se ubicó a unos 4 kilómetros de profundidad, incluso causó el desprendimiento de 30 millones de toneladas de hielo de un glaciar de la Isla Sur y olas gigantes en un lago.

IMPONEN TOQUE DE QUEDA PARA EVITAR SAQUEOS

Por otra parte, las autoridades neozelandesas declararon hoy el toque de queda en la ciudad de Christchurch a fin de prevenir los saqueos tras el fuerte sIsmo que derribó decenas de edificios bajo cuyos escombros se estima hay unas 300 personas.

Mientras prosigue la búsqueda de desaparecidos, las víctimas mortales ascienden ya a 75, según fuentes oficiales.

Los equipos de socorro trabajan a contrarreloj para localizar personas atrapadas entre los cascotes de los edificios derruidos y en más de una ocasión los equipos médicos se vieron obligados a realizar amputaciones para liberar a los aprisionados.

El jefe policial para la coordinación de los rescates, Rusell Gibson, explicó que se recibían mensajes de texto vía teléfonos móviles de víctimas que bajo los escombros pedían auxilio.

El primer ministro, John Key, expresó al canal estatal de la televisión neozelandesa que "es una situación muy trágica y pasamos por unos momentos de gran agonía".

El toque de queda anunciado por la Policía entró en vigor al anochecer en la zona central de la ciudad, la más afectada por la sacudida del seísmo de 6,3 grados en la escala abierta de Richter que se registró el martes hacia el mediodía, en Nueva Zelanda.

El director de la Policía, Dave Cliff, dijo a la prensa local que con el toque de queda se perseguía, además de proteger la propiedad, crear un perímetro de seguridad ciudadana dado que había el riesgo algunos de los edificios dañados se derrumbaran de producirse otro terremoto, entre estos el Hotel Grand Chancellor, de 26 plantas.

"En el centro de la ciudad hemos detenido hoy a seis personas por robo, de esta forma también intentaremos mantener alejados a los delincuentes que pretendan aprovechar la situación", señaló Cliff.

El rescate de víctimas avanza con la ayuda de perros adiestrados que se mueven entre los escombros de los mayores edificios siniestrados y bajo los que los especialistas creen que se encuentra la mayor parte de las personas dadas por desaparecidas.

En septiembre pasado, un sismo de 7,2 grados golpeó Christchurch y causó decenas de heridos e importantes daños en infraestructuras públicas y edificios en el sur del país.

Nueva Zelanda registra cada año unos 14.000 temblores, de los un 20 por ciento alcanzan o superan los 5 grados en la escala abierta de Richter.

En 1968, un sismo de 7,1 grados causó tres muertos en la costa oeste de la Isla Sur. Sin embargo, el más grave fue el ocurrido en 1931 en la ciudad de Napier de la Isla Norte, donde causó 256 muertos.

 

 

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