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LONDRES, Inglaterra, ene. 2, 2011.- Varios edificios quemados son el balance de una revuelta protagonizada en las últimas horas por en torno a 40 presos de la prisión inglesa Ford, que finalmente este domingo fue controlada por guardas penitenciarios especializados.
Tras mantener en vilo el sábado a los vecinos de la zona, cercana al pueblo de Arundel, en el sur de Inglaterra, los disturbios han sido "resueltos con éxito", declaró el director del Servicio nacional de gestión de delincuencia, Michael Spurr.
Spurr indicó que un centenar de presos serán trasladados a otras cárceles más fortificadas, mientras que se investigará el aparente acceso a alcohol de los reclusos a través de las rejas del penitenciario.
Los disturbios empezaron en la medianoche del sábado, cuando los convictos comenzaron a romper ventanas y a provocar incendios tras negarse a que se les hicieran pruebas de ingestión de alcohol.
La prisión Ford, que no está fortificada sino que es "abierta" por contener a delincuentes a punto de reinsertarse, tiene capacidad para 557 presos y recibe sólo a convictos a quienes quedan menos de dos años para acabar su condena, según especifica la página web, que precisa que no hay entre ellos delincuentes sexuales o pirómanos.
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