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MADRID, España, dic. 28, 2010.- Muchos son los que esperan con ansiedad el final de un año negro como el 2010. Especialmente los cuatro millones y medio de desempleados que hay en España, que esperan llamar a la suerte con cada uva de las 12 con las que se recibe el nuevo año. Una suerte en forma de un nuevo empleo o una mejor situación económica.
Es tiempo de desear y de disfrutar de la Navidad, sin embargo, ¿el 2011 será mejor para los españoles?
Pues las predicciones no parecen muy buenas.
Las familias de este país recibirán el nuevo año con una subida en la tarifa de la electricidad, también en la factura del gas y para colmo, la subida de las cuotas mensuales de las hipotecas de sus viviendas por la subida del Euribor (el tipo de interés bancario que mide los préstamos sobre vivienda).
Para afrontarlo se prevé una congelación salarial y de las pensiones y la retirada de las ayudas de 426 euros mensuales a los desempleados de larga duración, así como la retirada del llamado cheque bebé de 2.500 euros, una ayuda a la maternidad en un solo pago.
Las ayudas se retiran, pero no es lo único que pierde el bolsillo de los españoles.
A partir de enero pagarán más de cuatro euros mensuales o lo que es lo mismo, más de 50 euros al año, en su recibo de la luz. Así lo ha decretado el Gobierno con la nueva subida de la tarifa eléctrica en un 9.8%. Pero no es una subida aislada. Desde el 2.008, es decir en los últimos tres años, la factura de la luz se ha incrementado en un 50%.
Y éste no es el único gasto mensual fijo que se incrementa, el gas que utilizan los hogares en este país para cocinar y calentarse, sube un 3.9% que se traduce en 0.50 euros al mes y si se utiliza la calefacción se pagará 1.50 euros más. Un incremento al que hay que sumar el 10% que ya había subido a lo largo del 2010.
Ya son dos facturas con un incremento importante mensual, a las que hay que agregar la más que previsible subida de la cuota mensual en las hipotecas, debido al comportamiento alcista del Euribor.
Esto en lo que se refiere a las facturas a las que deben hacer frente todos los meses los españoles. Pero hay que tener en cuenta también los gastos indirectos. Es decir, una gasolina cada vez más cara, subida en los boletos del transporte público, subida de impuestos.
En definitiva, un sinfín de extras mensuales que difícilmente podrá sostener la clase media del país ibérico y menos con la previsión de un incremento del 2% en los salarios medios, eso los más afortunados.
Por eso, y aunque las Navidades se están viviendo con una tensa tranquilidad, los sindicatos ya han convocado una huelga general para enero.
Un invierno que pese a las gélidas temperaturas que está dejando, para muchos se está calentando poco a poco.
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