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LONDRES, Inglaterra, dic. 10, 2010.- El departamento de seguridad del Parlamento británico se encuentra revisando sus medidas de protección, después de una escandalosa revelación de que al menos mil ciudadanos extranjeros tienen acceso permanente al Palacio de Westminster, la sede de la Cámara de los Comunes y de los Lores británicos.
La preocupación de los legisladores ha crecido después del arresto el 3 de diciembre de una mujer rusa, Ekaterina Zatuliveter, quien tenía sus oficinas dentro del Parlamento, ya que trabajaba como asistente personal del legislador Mike Hancock, miembro del partido gobernante Liberal Demócrata.
Zatuliveter, de 25 años de edad, fue detenida en el Parlamento por los agentes de Scotland Yard y del servicio secreto británico MI5. Aunque no se han presentado aún cargos firmes de espionaje, se especula que esta atractiva mujer mantuvo vínculos con los servicios secretos en Moscú.
El veterano del partido Liberal Demócrata Mike Hancock es miembro del influyente Comité parlamentario de Defensa, con acceso a información confidencial militar. Además, su distrito electoral es de Portsmouth, el puerto donde la Marina real británica mantiene su base naval con los submarinos nucleares de clase Trident, así como otras naves militares.
Hancock también fue el presidente del grupo parlamentario de relaciones anglo-rusas: en numerosas ocasiones este político no escondió sus simpatías hacia las políticas de Vladimir Putin y Dmitri Medvedev, los dos líderes del Kremlin.
El caso de Zatuliveter ya es comparado con el escándalo de Ana Champan, la espía rusa que fue deportada de los Estados Unidos en julio de este año. Zatuliveter se encuentra bajo custodia en Londres, donde se procesa su caso de extradición.
Moscú ya ha expresado su enojo sobre la detención de su ciudadana.
"Este asunto está siendo observado con toda seriedad en el Kremlin, y no se descarta la posibilidad de represalias por parte de Rusia, tomando en cuenta los precedentes históricos", declaró Alexander Sternik, jefe temporal de la embajada rusa en Londres.
Según Sternik, el arresto de esta joven también pudo ser un intento de sabotear el mejoramiento de las relaciones bilaterales entre Londres y Moscú. Alternativamente, pudo ser un acto de venganza a la derrota de Inglaterra a manos de Rusia en la lucha por el derecho de organizar el Mundial de futbol en 2018. Numerosos medios británicos dedicaron sus primeras planas a tratar la corrupción y falta de respeto a los derechos humanos en Rusia, una vez que FIFA escogió a este país como el anfitrión del Mundial.
Mientras, los colegas de Hancock en el Parlamento de Westminster y en el Consejo Europeo Estrasburgo revelaron que en los últimos cinco años el político británico tuvo al menos cinco asistentes, todas provenientes de Rusia y Ucrania, y todas ellas rubias, atractivas y menores de 25 años de edad.
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