Mujer española se proclama dueña del Sol

Ángeles Durán, originaria de Vigo en España, se proclama dueña del Sol ante un notario; tiene la intención de cobrar a todo aquel que utilice la energía solar

MADRID, España, dic. 2, 2010.- El astro rey ha sido destronado. Sobre él ha puesto su bandera una mujer. Se trata de Ángeles Durán, una gallega de Vigo en España, quien se ha adueñado del Sol.

Tras millones de años de alzarse majestuoso, independiente, acariciando con su largos dedos dorados al mundo entero, ahora le sale una propietaria, que además de proclamarse su dueña resulta que quiere hacer negocio con su poderosa energía.

La pregunta es obligada. ¿Puede el Sol tener dueño si es de todos? Según Ángeles puede y alega para ello que existe un convenio internacional por el cual ningún país puede hacerse dueño de los planetas, pero el acuerdo no vincula a las personas.

Por eso, ni corta ni perezosa se presentó ante un notario para que levantara el acta donde reza que Ángeles Durán es la dueña única del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del sistema solar, situada a una distancia media de la Tierra de aproximadamente 149.600.000 kilómetros.

Esta mujer, sin embargo, no dejó nada al azar. Sabía que el notario no se podía negar pues previamente consultó al Derecho Internacional para asegurarse.

De hecho, alega que ya hay un precedente, un americano que escrituró casi todos los planetas y la Luna. Sea como fuere, está claro que nada más estrambótico que adueñarse del Sol, ya que ningún astro debería tener dueño, pero es aún peor y oportunista hacerlo con un fin económico.

Ahora la nueva propietaria, según ella la única y legítima, tiene la intención de cobrar a todo aquel que utilice la energía solar. Dicho de otro modo, no nos salvamos ninguno. Y es que lo tenía todo planeado.

De lo que gane la mitad lo destinará a los Presupuestos Generales del Estado; un 20 por ciento será para financiar las pensiones mínimas; un 10 por ciento lo destinará a investigación y sanidad, y otro 10 por ciento lo entregará para ayudar a erradicar el hambre.

Las cuentas no salen porque falta un 10 por ciento del que no habla por lo que se intuye irá a su propio bolsillo.

Claro, que ahora habrá que preguntarse el resto de los mortales si nos indemnizará en caso de que tengamos quemaduras solares, o alguna alergia desarrollada por el astro Rey.

O si pagará derechos a los científicos que han desarrollado tecnología para poder utilizar su energía.