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RÍO DE JANEIRO, Brasil, nov. 26, 2010.- La población de Río de Janeiro vive este viernes una jornada de aparente tranquilidad tras los incidentes de los últimos días y después de que las fuerzas de seguridad ocuparan ayer con tanques la favela de Vila Cruzeiro, uno de los fortines del narcotráfico en la ciudad.
La entrada de la policía en Vila Cruzeiro, guarida de narcotraficantes y fortín de una de las bandas criminales más importantes de la ciudad, el Comando Vermelho, fue considerada la mayor operación policial realizada hasta ahora en Río en la lucha contra el narcotráfico.
La Policía Militarizada de Río de Janeiro consiguió ahuyentar a los narcotraficantes y hacerse con el control de la favela gracias al apoyo logístico de la Armada brasileña, que aportó tanquetas blindadas y equipamiento militar para la misión.
Tras cinco días de asaltos, incendios y tiroteos, la ocupación de Vila Cruzeiro fue seguida con mucha atención y celebrada por la población en general, que apoya masivamente la actuación de las fuerzas policiales para acabar con el crimen organizado.
"Tenemos mucha confianza en la policía, porque la operación policial de ayer fue bastante seria y acabaron con el crimen que había en Vila Cruzeiro", declaró a Efe Iolanda Montenegro, vecina del barrio de Ipanema.
Los ataques continuaron esta madrugada y durante el día de hoy, cuando tres automóviles y un autobús fueron quemados en varios puntos de la ciudad.
Desde el pasado domingo, cuando empezaron los ataques, el balance oficial de la policía ha registrado 96 vehículos incendiados, 192 personas detenidas y una treintena muertos en los enfrentamientos con los narcotraficantes.
Desde entonces, la ciudad está en estado de alerta y en las últimas noches parecía que se hubiese decretado un toque de queda, puesto que las calles estaban vacías.
La ciudad sigue aguantando hoy los efectos de la ola de violencia y muchos habitantes han visto alterada su rutina.
Varias empresas de autobuses decidieron retirar sus vehículos de circulación por miedo a nuevo ataques, lo que ha afectado a la movilidad por la ciudad y ha obligado a muchos trabajadores a desplazarse en autobús o taxi.
Las escuelas municipales situadas en zonas peligrosas, debido a su proximidad a la zona de conflicto, han cerrado sus puertas y han dejado a miles de alumnos sin clase.
Por el momento, las fuerzas policiales han aplazado la ocupación del conjunto de favelas de Complexo do Alemão, donde se refugiaron los criminales tras la fuga, y han pasado la noche en Vila Cruzeiro para asegurarse el control completo de la comunidad.
Muchos habitantes de la favela evitaron volver a sus casas por miedo a que los enfrentamientos entre policía y criminales siguieran por la noche.
El pasado miércoles, una adolescente de 14 años murió al ser alcanzada por una bala perdida cuando los policías intentaban entrar en el Complexo de Penha.
"Yo vivo con miedo y me encierro en casa: tengo rejas en mis ventanas porque sé que los bandidos están sueltos", reconoció Montenegro, quien no obstante añadió: "Espero que a partir de ahora esté todo mucho más tranquilo".
El Gobierno aprobó hoy el envío de 800 efectivos del Ejército de Tierra que deben prestar apoyo a las fuerzas de seguridad del estado de Río de Janeiro en su misión de ocupar definitivamente Vila Cruzeiro y evitar que los traficantes vuelvan a instalarse allí.
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