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LONDRES, Inglaterra, nov. 25, 2010.- Después de varias entregas, donde las estufas que le llevaban tenían problemas y el pensionado se veía obligado a devolverlas, Iván Langley perdió la paciencia con la compañía.
Cuando en la tercera ocasión notó que el electrodoméstico venía abollado decidió que la chofer, Anna Howes, de 34 años, no iba a escapar.
Langley cerró con llave la puerta de su casa e informó a la mujer que no la dejaría salir hasta que se le entregara una estufa que funcionara perfectamente.
Cuando la compañía informó al pensionado por teléfono que no podría llevarle una nueva estufa hasta varios días después, Langley incluso le ofreció una cama a la chofer de reparto.
La compañía por su parte, avisó a la policía que se presentó en la dirección para tratar de resolver la disputa.
"Normalmente no cometo este tipo de faltas, pero ya estaba harto", dijo Iván Langley.
"El servicio de la compañía ha sido terrible, la primera estufa ocasionó un corto circuito que arruinó todo el sistema eléctrico de la casa", añadió.
La chofer decidió no pelear con el pensionado, optando en su lugar con sentarse con él y su esposa a tomar café y a bromear.
"Nunca me había sucedido algo parecido", dijo la chofer, "traté de entender la situación de la pareja y tomármelo con filosofía. Pero definitivamente es una tarde que no olvidaré jamás", dijo Anne Howes.
El pensionado no fue arrestado y la compañía ha dicho que no presentará cargos. Además ha prometido entregarle una estufa nueva lo antes posible.
"Entendemos la frustración del cliente", dijo la compañía en un comunicado, "no presentaremos cargos a pesar de que la seguridad de nuestros empleados es de gran importancia. Entendemos que nuestros estándares de servicio fueron inferiores a lo esperado, y nuestra prioridad ahora es corregir este error", añadió dicho comunicado.
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