China pide 'calma' a las dos Coreas

Por Agencia | Fuente: EFE | 2010-11-24

Advierte China que se opondrá a 'cualquier acción perjudicial para la paz y la estabilidad' en la península coreana; llama a Corea del Norte y Corea del Sur a dialogar, luego de que Pyongyang atacara una isla surcoreana

Ataca Corea del Norte a Corea del Sur

FOTOS: ATACA COREA DEL NORTE A COREA DEL SUR

BEIJING, China, nov. 24, 2010.- China, el principal aliado de Corea del Norte, hizo este miércoles un llamado a la "calma" a las dos Coreas para evitar una escalada de violencia tras el ataque norcoreano contra una isla surcoreana, que fue contestado, a su vez, por Seúl, en lo que supone el incidente más grave desde el armisticio de 1953.

"China insta de manera firme tanto a Corea del Norte como a Corea del Sur a que mantengan la calma y la contención y a que inicien un diálogo y contactos a la mayor brevedad posible", manifestó en un comunicado el portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hong Lei.

Hong añadió que el régimen chino se opondrá a "cualquier acción perjudicial para la paz y la estabilidad" en la península coreana y expresó su "tristeza y pesar por las pérdidas humanas y materiales".

El funcionario chino reiteró la preocupación de Beijing por el desarrollo del conflicto, que ha dejado cuatro muertos (dos civiles y dos soldados) y 16 heridos en el ataque a la isla surcoreana de Yeonpyeong.

Ésta es la primera respuesta oficial de China, el principal aliado y suministrador del régimen norcoreano, después de que ayer se limitara a expresar su preocupación y pidiera una verificación del intercambio de artillería iniciado por Pyongyang.

Japón, Estados Unidos y Corea del Sur han pedido a China en las últimas horas una mayor implicación para contener a su aliado, aunque ex miembros del gobierno contactados por Efe señalan que la capacidad de influencia de Beijing es limitada y su estrategia va a consistir en evitar una escalada de la tensión en la península coreana.

"La solución de este conflicto no depende de China", aseguró hoy a Efe Liu Jiangyong, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Tsinghua (Beijing) y hasta 2003 miembro de alto nivel de la Oficina Central de la cancillería.

Liu atribuye la reacción de Pyongyang a las maniobras conjuntas celebradas en octubre entre Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y Australia, consideradas una "declaración de guerra" por el régimen norcoreano, y por el anuncio de Washington y Seúl de iniciar nuevos ejercicios este fin de semana.

"Si China no puede pedir que Estados Unidos y Corea del Sur abandonen sus maniobras militares, tampoco es posible que China le pida a Corea del Norte que no recurra a un ataque militar", prosiguió este experto, conocedor de la postura de su país en el conflicto.

En su opinión, Beijing debería sugerir a Washington y Seúl que cancelen sus maniobras, "pero no sé si ha hecho algo así", agregó este analista, convencido de que Pyongyang no avisó a su principal aliado político y suministrador del ataque contra la isla de Yeonpyeong.

"Para Corea del Norte las maniobras conjuntas Estados Unidos-Corea del Sur son un desafío. Es posible que el régimen norcoreano haya hecho una lectura errónea de esas maniobras". En un contexto de tanta tensión "es como jugar con fuego", razonó Liu.

China es el principal aliado de Corea del Norte, tanto por su apoyo político como por sus suministros de ayuda, y para Pyongyang, que vive una de sus cíclicos déficits alimentarios, es importante cooperar con Pekín para mantener su seguridad y desarrollo.

Sin embargo, según Liu y otros expertos, la capacidad de influencia de Pekín es limitada ya que Corea del Norte no acepta órdenes ni de China ni de su otro aliado, Rusia.

"China está promoviendo la reanudación del diálogo a seis (para el desarme nuclear norcoreano) para principios de 2011. Nunca habría permitido ese conflicto si lo hubiera sabido de antemano. Este ataque es un gran disgusto para los esfuerzos chinos", señala otro experto en Corea, el profesor Sun Zhe, de la misma universidad.

El catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Popular Shi Yinhong señaló al diario "South China Morning Post" que Pyongyang no consultó con Pekín antes del ataque, pero al igual que otros expertos chinos, no cree que el incidente desencadene una crisis mayor.

La nueva provocación de Corea del Norte se produce días después de que revelara un nuevo programa de enriquecimiento de uranio a un profesor estadounidense, en violación del acuerdo alcanzado en el diálogo que desde 2003 mantienen ambas Coreas, Estados Unidos, Rusia, Japón y China para desmantelar el programa nuclear norcoreano.

SURCOREANOS ESTÁN PREOCUPADOS

Los surcoreanos viven con preocupación el día después del ataque contra su territorio de Corea del Norte, que ha aumentado el temor a un enfrentamiento a gran escala que nadie desea en Seúl, a solo 60 kilómetros de la frontera.

Pocos surcoreanos dudan de que la lluvia de obuses norcoreanos que arrasó ayer parte de la isla de Yeonpyeong, cerca de la frontera entre las dos Coreas en el Mar Amarillo y que provocó dos bajas militares y dos muertos civiles, es el hecho más grave desde el fin de la Guerra de Corea en 1953.

"Nunca había pasado algo así, han atacado a la población civil a unos cien kilómetros de Seúl y Corea del Sur debe responder de manera militar, aunque intentando evitar que se convierta en una guerra abierta", indicó a Efe Kim Min-jung, una surcoreana de 27 años.

Hoy los surcoreanos sólo hablaban en las calles del intercambio de disparos de artillería entre las dos Coreas, seguido en todo el país con gran preocupación y especialmente en Seúl, una ciudad que se encuentra dentro del área de alcance de los misiles del régimen de Kim Jong-il.

La rutina de la capital surcoreana se ha mantenido no obstante casi inalterable, pese a que en las primeras páginas de los periódicos y las pantallas gigantes de la ciudad las imágenes de la destrucción en Yeonpyeong copan el protagonismo, por delante de los Juegos Asiáticos de Guangzhou.

En la céntrica zona Gwanghwamun en Seúl, donde se suelen concentrar los colectivos y activistas surcoreanos, esta noche solo estaba Lee Jin-ho, un pacifista de unos 30 años, que portaba una vela y un cartel que rezaba "Una península en paz".

Lee dijo a Efe que "no habrá solución hasta que las dos Coreas firmen la paz y la Península de Corea deje de estar separada. Siempre discuten quién empezó y quién tuvo la culpa pero nunca se habla en serio de la paz".

Los partidos más conservadores presentaron hoy las primeras críticas a la gestión de la crisis por parte del Gobierno y del Ejército, al afirmar que se actuó demasiado tarde y con poca contundencia en respuesta a los primeros obuses de Corea del Norte.

El ministro de Defensa, Kim Tae-young, se defendió hoy de las críticas en el Parlamento y aseguró que los trece minutos que pasaron hasta que se contraatacó por primera vez fueron adecuados.

Para Park Sang-chul, un oficinista de 60 años, "tardaron mucho en responder al ataque, tendríamos que haberles golpeado fuerte en el primer momento para que no pasase como con el 'Cheonan", en referencia al hundimiento de la corbeta surcoreana en marzo en la que murieron 46 marinos y del que Seúl acusa a Pyongyang.

Lee Sang-lok, redactor jefe del diario Dong-a, coincidió también en que muchos piensan que "la oportunidad de responder militarmente ya ha pasado, ahora no existe la misma justificación y con el incidente del "Cheonan" se demostró que recurrir al Consejo de Seguridad no es útil".

Manuel, un trabajador español en una empresa surcoreana, recordaba cómo ayer sus compañeros surcoreanos comenzaron a preocuparse ante los rumores de que los reservistas podrían ser llamados a filas, algo que hoy la Policía surcoreana atribuyó a mensajes falsos que se extendieron minutos después del ataque.

Durante todo el día la televisión ha contado cómo los residentes de la isla surcoreana, a sólo doce kilómetros de los cañones norcoreanos, resistieron las caídas de las bombas en refugios helados, sin comida ni electricidad.

Para acentuar el dramatismo de este suceso los medios han narrado con detalle los minutos previos a la muerte bajo las bombas del sargento Seo Jeong-woo, de 22 años, que estaba a punto de tomar un barco a casa para disfrutar de un permiso cuando se vio sorprendido por el ataque.

Seo regresó para defender su posición con sus compañeros de la isla cuando fue sorprendido por un obús que le hirió de muerte.

Más de mil personas visitaron hoy el hospital de Seúl donde llegaron los cadáveres de los dos militares fallecidos ayer para rendirles homenaje, mientras algunos familiares reclamaban entre lágrimas conocer cómo se llegó a esta situación.

Recomendados»

Haz de noticieros tu página de incio

[[user.name]]

@[[user.screen_name]]

[[text]]

Noticieros televisa en facebook

[[from]]

[[description]]

[[date|date 'DD/MM HH:mm']]