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GUATEMALA, Guatemala, nov. 19, 2010.- Le impactaron 15 de casi un centenar de disparos que desconocidos le hicieron. Ludwin Estuardo Mejía García, de 36 años de edad, murió la noche de este jueves en una transitada calle del surponiente de la capital guatemalteca.
Salvó la vida su esposa que lo acompañaba y uno de los dos escoltas asignados para resguardar su integridad. En el ataque los sicarios utilizaron fusiles de asalto, según los primeros reportes.
El asesinato de Mejía García pudo haber pasado desapercibido como los 18 asesinatos que se registran en Guatemala, diariamente, que ha convertido a este país centroamericano en uno de los más violentos del mundo, solamente superado, en número de muertes, por Irak; pero su muerte ha provocado consternación.
Ludwin Estuardo es el tercer hijo asesinado en seis meses de la Jueza Séptima de Familia, Mirna Alicia García. El primero de sus hijos fue atacado igualmente a tiros el 4 de junio pasado; su hijo mayor, de nombre Mauricio, fue atacado a unos cuatro kilómetros de donde se registró este ataque.
Hace 29 días el menor de los hermanos Mejía García, Homero, fue acribillado por un grupo de sicarios en un restaurante de pizzas, a donde ingresó para tratar de salvar la vida, la noche del pasado 21 de octubre.
Hasta ahora la jueza no se ha pronunciado con relación a estos hechos de sangre, que parece se han encaminado a asesinar a familiares de mujeres que están al frente de juzgados de la capital de Guatemala.
Héctor Juárez Gil fue atacado en julio último, en un hecho similar perpetrado a unos 400 metros del lugar donde murió Ludwin Estuardo Mejía García. Juárez Gil era hijo de una juez del ramo laboral que fue atacada en agosto del 2009, en las cercanías de su oficina.
No existen hipótesis que permitan tejer una línea de investigación y determinar el origen de estos asesinatos, que ya han provocado la reacción de la asociación de jueces, que demanda mayores y mejores medidas de seguridad para los operadores de justicia.
Desde marzo de este año Guatemala observa un crecimiento alarmante de asesinatos; de 12 muertos de manera violenta que se registraron diariamente en febrero de este año, la cifra ya alcanzó los 19 en lo que va de noviembre.
Analistas señalan que en la antesala de un año electoral, la criminalidad podría marcar una tendencia hacia arriba y se estima que el 2011 superará las expectativas, frente a un gobierno que, tres años después de haber asumido el poder, mantiene como asignatura pendiente el combate de la criminalidad y la violencia, que se refleja en los últimos sondeos publicados por el sector industrial del país, que muestran que el 93 por ciento de los guatemaltecos percibe que la violencia aumentó en el 2010.
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