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ROMA, Italia, nov. 11, 2010.- Después de una obra de restauración que duró 26 años, ha sido devuelto a Roma y al mundo el Templo de Venus y Roma.
Se trata del templo más grande de la antigua Roma, construido por el emperador Adriano, en el año 121 D. C., en el corazón de la ciudad.
El templo medía 145 metros de longitud y 100 metros de ancho.
En los lados oeste y este había diez columnas y en el lado norte y sur 18 columnas, todas de 1.8 metros de ancho.
Además de sus dimensiones espectaculares, el templo es muy singular porque está formado por dos partes, una dedicada a Venus, que mira hacia el Coliseo y la otra dedicada a Roma, que mira hacía el Foro romano.
Los trabajos de restauración consistieron en consolidar toda la estructura, garantizar un acceso seguro a los visitantes y, sobre todo, reunir las dos partes, que son dos ábsides contrapuestas.
La responsable de la restauración, Claudia del Monti, explicó que "se han reconstruido también parte de las paredes fracturadas y se ha mejorado el sistema de desagüe para evitar filtraciones y desplazamientos de tierra".
Claudia del Monti recordó que el templo surgió sobre la Domus Aurea, la magnífica residencia del emperador Nerón.
Durante su construcción se tuvo que desplazar la enorme estatua de Nerón, llamada El coloso de Nerón. Esta fue colocada cerca del anfiteatro Flavio, que debido a dicha estatua, fue llamado Coliseo.
El emperador Adriano no logró ver realizado el templo dedicado a Venus y Roma, que fue inaugurado hasta el año 141, bajo el emperador Antonino Pio.
Los restos del templo salieron a la luz durante las excavaciones del 800. El inspector de la superintendencia de los Bienes Arqueológicos de Roma, Patrizia Fortini, explicó que una de las dos celdas había quedado incorporada a la Iglesia de Santa Francesca Romana.
Gracias al hecho de encontrarse debajo de la huerta del jardín del convento, se conservaron las decoraciones y partes del pavimento de losas de mármol.
De acuerdo a la superintendente de los Bienes Arqueológicos de Roma, Ana Maria Moretti, lo que se puede admirar se debe a una restauración llevada a cabo por Majencio, en el año 307, después de que un incendio destruyera la parte central del foro.
El Templo de Venus y Roma puede visitarse a partir de este jueves y hará parte del recorrido por los Foros Imperiales.
Una parte importante de la obra de restauración consistió en garantizar la conservación que podría verse comprometida por los millones de visitantes que lo visitarán.
El acceso de los visitantes, comentaron los responsables, es importante, pero también el salvaguardar este monumento único.
La superintendencia anunció también que en el transcurso del mes de diciembre tendrá lugar otra importante apertura, la de la casa de las vestales, en el foro romano.
Es el único lugar en el que se conservan estatuas auténticas de la era imperial, de las vestales, las sacerdotisas vírgenes, que eran niñas entre los seis y los diez años.
La casa de las vestales es considerada el verdadero corazón de la Roma antigua.
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