Asesinos seriales: El carnicero

Por Noticieros Televisa | Fuente: Noticieros Televisa | 2013-03-27

Andrei Romanovich Chikatilo

Andrei Romanovich Chikatilo es uno de los más sanguinarios asesinos en serie, que desmiente la tesis de que los asesinos en serie son un fenómeno puramente estadounidense

CIUDAD DE MÉXICO, México, mar 27-2013.- El carnicero de Rostov mató por primera vez el 22 de diciembre de 1978 y permaneció en activo hasta 1990. Confesó 53 crímenes, la mayoría de niños y adolescentes que captaba en las estaciones de tren o en las paradas de autobús, y sólo se frenó cuando fue aprehendido, el 20 de noviembre de 1990.

Nació en Yablochnoye, Ucrania, el 16 de octubre de 1936, una pequeña aldea en tiempos de hambruna, cuando morían millones de personas cuyos cadáveres se amontonaban en las calles y campos. Lo más cruel para el pequeño Andrei y su hermana era escuchar en el regazo de su madre cómo su hermano mayor, Stepan, había sido raptado y devorado, aunque no era un caso aislado en aquellos duros años treinta.

Este hecho marcaría notablemente al niño, quien se sentía más solo que nunca, y aunque no existe documento alguno que certifique el nacimiento o muerte de Stepan, la manera como su madre se los contaba hacía que la historia pareciera verídica.

Fue un niño introvertido marcado por la desaparición de su hermano. Se orinó en la cama hasta los doce años y no era capaz de encararse a nadie para defender su dignidad. Tenía problemas de impotencia que conjuraba violando a sus víctimas.

Chikatilo se casó en 1963 con Fayina y tuvo dos hijos. Con su familia era un hombre tranquilo y estable. También era un respetado miembro del partido comunista cuya dedicación rayaba en la obsesión. Como todos los ciudadanos soviéticos sirvió en el ejército y luego se dedicó a los estudios, obteniendo tres títulos: en lengua y literatura rusa, en ingeniería y en marxismo-leninismo. Empezó a trabajar como maestro en 1971. Los niños seguían riéndose de él. Le apodaban El Ganso e incluso le agredieron físicamente.

Yelena Zakotnova

El 22 de diciembre de 1978 algo estalló en la cabeza de Chikatilo, que abordó a una niña de nueve años por la calle, Yelena Zakotnova, y la convenció de que le acompañara a una cabaña que poseía en las afueras de la ciudad. Una vez allí la desvistió violentamente y sin querer le produjo un arañazo. Inmediatamente reaccionó con una violenta erección. Apuñaló repetidamente a la criatura en el estómago hasta que eyaculó. Acababa de "resolver" sus problemas sexuales. Había nacido un asesino. Volvió a matar tres años después, pero entonces ya no paró.

Su segunda víctima fue Larisa Tkachenko, de 17 años. La convenció para ir con él al bosque para mantener relaciones sexuales, pero no fue capaz por sus problemas. Ella se rió de él y Chikatilo, presa de la rabia, la estranguló y eyaculó sobre su cadáver. Le mordió la garganta, le cortó los senos y se comió los pezones.

Después se decantaría por el acuchillamiento, que le daba mayor satisfacción, ya que lo identificaba con la penetración que no podía realizar. Era una auténtica bestia que acuchillaba a sus víctimas entre 30 y 50 veces, les seccionaba los pechos con un cuchillo o a dentelladas y les extirpaba los úteros con precisión quirúrgica. Luego les sacaba los ojos, lo que se convirtió en su firma.


En su confesión declaró que lo hacía porque "no podía soportar sus miradas". Comía las partes blandas de sus víctimas y le producía "un placer animal". A los niños, que empezó a matar en 1981, los aturdía de un golpe, les daba una serie de puñaladas superficiales para tenerlos bajo control, los mutilaba a mordiscos, les cortaba la lengua y los genitales y los guardaba como un trofeo. Tardaba más en matarlos porque fantaseaba con la idea de que era un héroe que los mantenía cautivos y los torturaba. Les cortaba los genitales porque le recordaban su fracaso.

Mientras violaba a sus víctimas se enardecía y les golpeaba con saña en la cara. Para ocultar sus problemas sexuales, les colocaba semen dentro con una rama.

Chikatilo no fue detenido antes por la impericia de la policía rusa.

Antes de aprehenderlo, la policía encontró el cadáver de la niña cerca de la cabaña de Chikatilo. Le interrogaron, pero lo descartaron como sospechoso e inculparon a Alexander Kravchenko.

La policía detuvo a Chikatilo como sospechoso de los crímenes en septiembre de 1984, pero no pudieron inculparle porque se comprobó que su grupo sanguíneo era A mientras que el semen encontrado en los cadáveres era del grupo AB. Lo tuvieron que dejar en libertad por falta de pruebas.

Siguió matando a pesar de la auténtica caza al hombre que se había puesto en marcha: cerca de 700 agentes los estaban buscando.

En noviembre de 1990 un detective que buscaba al asesino vio a un hombre vestido de traje y corbata salir de un bosque. Tenía la cara manchada de sangre. El detective se acercó a él y le pidió los datos. Una semana después encontraron un cadáver y lo relacionaron con el sospechoso. Detuvieron a Chikatilo el 20 de noviembre.

Irónicamente, su sangre era del grupo A, mientras que su semen era del grupo AB.

En  su primera declaración hizo énfasis en su desgraciada niñez y su impotencia, y pretendió que lo absolvieran por sus problemas mentales.

"Me detuvieron el 20 de noviembre de 1990 y he permanecido bajo custodia desde entonces. Me hallo en un estado de profunda depresión, y reconozco que tengo impulsos sexuales perturbados, por eso he cometido ciertos actos. Anteriormente busqué ayuda psiquiátrica por mis dolores de cabeza, por la pérdida de memoria, el insomnio y los trastornos sexuales. Pero los tratamientos que me aplicaron o que yo puse en práctica no dieron resultados.

"Tengo esposa y dos hijos y sufro una debilidad sexual, impotencia. La gente se reía de mí porque no podía recordar nada. No me daba cuenta que me tocaba los genitales a menudo, y sólo me lo dijeron más tarde. Me siento humillado. La gente se burla de mí en el trabajo y en otras situaciones. Me he sentido degradado desde la infancia, y siempre he sufrido. En mi época escolar estaba hinchado a causa del hambre e iba vestido con harapos. Todo el mundo se metía conmigo. En la escuela estudiaba con tanta intensidad que a veces perdía la consciencia y me desmayaba. Soy un graduado universitario. Quería demostrar mi valía en el trabajo y me entregué a él por completo. La gente me valoraba pero se aprovechaba de mi carácter débil. Ahora que soy mayor, el aspecto sexual no tiene tanta importancia para mí, mis problemas son todos mentales.

"En los actos sexuales perversos experimentaba una especie de furor, una sensación de desenfreno. No podía controlar mis actos. Desde la niñez me he sentido insuficiente como hombre y como persona. Lo que hice no fue por el placer sexual, sino porque me proporcionaba cierta paz de mente y de alma durante largos periodos. Sobre todo después de contemplar todo tipo de películas sexuales. Lo que hice, lo hice después de mirar los vídeos de actos sexuales perversos, crueldades y horrores".

El juicio de Andrei Romanovich Chikatilo se inició en abril de 1992 y duraría hasta octubre de ese mismo año. Éste, con la cabeza rasurada, presenció su juicio desde un cubículo de metal. El primer día deleitó a los fotógrafos esgrimiendo una revista porno, pero más tarde, abatido, se quitó la ropa y meneó su pene gritando "Fíjense que inutilidad, ¿qué piensan que iba a hacer con esto?"

Los jueces no dudaron en anunciar el veredicto: el 15 de octubre de 1992 fue sentenciado a la pena capital y ejecutado con un tiro en la nuca en la prisión de Moscú el 14 de febrero de 1994.

 

 

 

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