Imponente, emerge entre la selva.
Se eleva majestuosa. Observa, contempla el paso de los siglos. Es la antigua ciudad de Chichén Itzá.
En lengua maya significa: La orilla de los pozos de los itzáes o brujos del agua.
El templo o castillo de Cuculcán aún guarda secretos.
Dos arqueólogos mexicanos descubrieron lo que parece ser la prueba del por qué los antiguos mayas construyeron el castillo de Chichén Itzá en ese punto geográfico de la Península de Yucatán.
K´inich ajaw, el Sol, guarda una perfecta sincronía con la arquitectura del lugar.
El templo de Cuculcán, con una altura de 30 metros, no sólo cumplía una finalidad religiosa.
También tenía una función como punto de referencia para la observación del Sol. Fue edificada como un marcador astronómico por el cual los mayas ajustaban su calendario.
El arqueólogo Arturo Montero García, con base en valores de medición y orientación, descubrió que el paso cenital del Sol por el templo ocurre los días 23 de mayo y 19 de julio.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia le permitió subir a la pirámide de Cuculcán.
Con asombro se dio cuenta que los primeros rayos del sol iluminan exactamente la esquina noreste, en dirección al templo de las mesas.
"Esa alineación se da justamente con el templo de las Mesas entonces, parecía que había ya un arreglo arquitectónico. Al mediodía el sol cae vertical y no da ninguna sombra lateral", aseguró Arturo Montero García, arqueólogo y director del posgrado de la Universidad del Tepeyac.
Para el arqueólogo la Pirámide de Cuculcán fue alineada con gran precisión geométrica en conjunción con el Sol.
El templo tiene cuatro escalinatas, cada una con 91 escalones. En total son 364, más el último que es la parte superior. Hacen un total de 365 escalones, los mismos días del año.
"Si vemos el edificio en planta como si estuviéramos en la parte alta, entonces, nos damos cuenta que éste cuadrado perfecto puede entrar dentro de un círculo y como es esto, puedo partir como si fuera un pastel norte, sur. Tengo mitades luego este, oeste ahora tengo cuatro partes y así me voy haciendo cortes como si fuera un pastel hasta llegar a 16 segmentos. Cada segmento mide o tiene un valor de 22.5 grados y el 22.5 es el múltiplo justamente que tiene esta escalinata con respecto al norte y es justamente el ángulo por el que el Sol sale en uno de estos múltiplos que es 67 grados 30 minutos. Esto es sorprendente porque el sol cenital sale en este rango solamente aquí en esta latitud geográfica", detalló el arqueólogo.
Para hacer sus observaciones, los mayas requerían un horizonte perfecto en el que no tuvieran obstáculos como las montañas. Por eso escogieron la gran planicie peninsular para edificar Chichén Itzá.
Pero, ¿qué otro fenómeno ocurre cuando el sol se oculta?
"Al momento de su ocaso, el sol se mete por la escalinata oeste, directamente apuntando al Cenote de Holtún entonces, la propuesta de Guillermo de Anda que, va hacia a que hay cuatro cenotes que de alguna manera forman , están marcando los rumbos principales de esta urbe ahora se concretan de una manera geométrica y astronómica. Nuestro modelo apunta a que ésta es una geometría sagrada".
De acuerdo con los arqueólogos Guillermo de Anda Alanís y Arturo Montero García, el templo de Cuculcán en encuentra en medio de 4 cenotes, considerados como portales entre el mundo físico y el mundo sobrenatural.
"Su intersección es el centro del castillo lo cual parece no ser una coincidencia o una casualidad, sobre todo, si pensamos en los términos de lo que éstos importantes razgos representaban para los antiguos mayas y volvemos a los aspectos de fertilidad y agricultura", agregó Guillermo de Anda Alaís, arqueolólogo y buzo profesional de National Geographic.
El Castillo de Chichén Itzá está marcado por cuatro rumbos que llevan a los cenotes Holtún, Sagrado, Xtoloc y Kanjuyum.
"Está pensado en función de una réplica del Cósmos Maya, de una especie de cosmograma que está siendo rodeado o mejor dicho delineado por estos cuatro cenotes".
Cae la noche en Chichén Itzá. El INAH nos autorizó permanecer en la ciudad maya.
Somos testigos de una noche espectacular. La luna en su máximo esplendor.
"Pues el día de hoy, con toda esta vivencia pues, es como resolver parte de ese misterio", explicó Dante García Sedano.
"Nunca espere que de alguna manera pudiera integrarse de una forma tan clara la astronomía, la geometría y en conjunto el paisaje ritual, el paisaje sagrado", confesó Guillermo de Anda Alaís.
"Estamos proponiendo un modelo donde el sol, el horizonte, la arquitectura, las matemáticas se conjugan y se expresan y, entonces, nosotros poder visualizar ese alcance de la sociedad antigua nos llena de asombro admiración y respeto", manifestó el arqueológo Arturo Montero García.
Mañana, los arqueólogos mexicanos descubren que dos veces al año un halo de luz ilumina el Cenote Sagrado de Holtún. Es la aparición de k´inich ajaw. El sol maya.
"Yo sospechaba que habría alguna relación astronómica porque era una entrada muy especial del luz".
AGHO
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