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CIUDAD DE MÉXICO, México, jul. 5, 2013.- Neil Harbisson nunca ha visto los colores, pero puede escucharlos. Es el primer cyborg de la humanidad, al menos de manera oficial.
Llegó al salón magistral de Tag DF con atuendo que sonaba a las notas do y sol: pantalón amarillo y saco magenta.
Tiene casi 31 años, es de origen británico y habla un perfecto español. Su vida nunca fue color de rosa... ni azul, ni amarilla. Nació con un padecimiento que le hace ver todo en blanco y negro, se llama acromatopsia.
Ahora Neil Harbisson tiene tres ojos, los dos orgánicos y uno cibernético, el cual le permite leer imágenes a colores y traducirlas en ondas sonoras que logra escuchar. Le ha nombrado eyeborg, es un sensor de color, un dispositivo óptico que se extiende como una antena sobre su cabeza hasta la frente. Lo creó cuando estudiaba piano en la universidad y desde entonces lo ha ido perfeccionando, ahora lo lleva adherido, a través de un chip, al hueso del cráneo.
Un cyborg es la unión entre un organismo vivo y elementos cibernéticos que pretenden mejorar las capacidades del primero a través del uso de la tecnología, eso es Harbisson.
"No creo que esto que llevo sea tecnología, siento que yo soy tecnología. Esto se ha convertido en una extensión de mis sentidos y en una extensión de mi cerebro", explicó, en la penúltima conferencia de la jornada final de este festival de la tecnología.
Harbisson caminó por cada rincón de TagDF, como lo hace sin tapujos por cada ciudad del mundo, sin embargo, lamenta que aún las personas lo miren extrañadas o lo rechacen, incluso le impiden asistir a ciertos lugares o salir de otros, como en el cine al pensar que acude a las salas para grabar el filme con "la cámara que lleva sobre su frente".
"La sociedad aún no está preparada para ver a seres humanos con tecnología como parte de su cuerpo", dice tras mostrar una playera que usa con relativa periodicidad con la leyenda 'No te estoy grabando'.
Sin embargo, está convencido que en unos años la percepción cambiará: "En un futuro todos tendremos tecnología incorporada al cuerpo". Por ello en 2010 creó la Fundación Cyborg, cuyo principal objetivo es "ayudar a los humanos a convertirse en cyborgs".
"Lo que queremos es ayudar a cualquier persona que quiera extender sus sentidos mediante la incorporación de la tecnología, nosotros podamos ayudar a desarrollar su mundo de trabajo. Queremos que no haya discriminación a la gente que quiera usar tecnología como parte de su cuerpo".
Su fundación ha desarrollado ya algunos dispositivos: ojos cibernéticos que podrían ayudar a personas ciegas o sordas, cámaras injertadas en un dedo para personas amputadas, aretes que emiten vibraciones en relación al movimiento perimetral, una brújula instalada en una pierna para evitar perderse, una luz tipo led instalada en los dientes para alumbrar espacios, entre otros.
Pide no temer al uso de la tecnología como parte real de nuestra vida, mucho más allá de tabletas o smartphones.
"El hecho de incorporar tecnología en el cuerpo es algo muy humano, no creo que sea algo que nos deshumanize, todo lo contrario. Tenemos que ver la tecnología como una creación humana, incorporar creaciones humanas a los humanos, nos hace más humanos".
Confiesa que desde que puede escuchar colores su vida ha cambiado totalmente, ha adquirido un sentido más: pasó de vestirse para verse bien a vestirse para sonar bien, dice que es divertido incluso preparar una ensalada por los colores de los ingredientes, llevándolo incluso a comerse una canción. Pero lo que le resulta verdaderamente una fiesta es dar un paseo por el supermercado, especialmente por el pasillo de los productos de limpieza.
"La experiencia de pasearme por un supermercado ha cambiado mucho es como ir a una discoteca, porque hay muchísima música, sobretodo en el área de limpieza".
Harbisson se ha convertido en un artista, traduce melodías o discursos a cuadros con colores variados, dependiendo de las notas musicales. Pinta la música que puede escuchar.
"Lo que me gusta hacer son retratos sonoros, donde en vez de dibujar los ojos, la boca y la nariz de una persona, me acerco y apunto la nota de los ojos, de la piel, de los labios y del pelo y de ahí, saco un retrato sonoro y les envío un mp3 de su cara", lo hizo con Vladimir Putin, con el príncipe Carlos y en TagDF con James Cameron y Moby.
Confiesa que desde que es un cyborg se siente más cercano e identificado con los animales, "el hecho de tener una antena en la cabeza es muy normal en el mundo animal", explica. Pide reflexionar sobre la posibilidad de convertirse en un cyborg, asegura que tomarla decisión llevará a los humanos a extender sus sentidos.
AGHO
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