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PARÍS, Francia, jun. 21, 2013.- Un niño juega con su cochecito. Su madre habla por teléfono. Irritada por el ruido que produce el carrito se acerca a su hijo y le da una bofetada. El espectador constata su efecto en la cara del niño.
Este video forma parte de una nueva campaña de Fundación francesa Pro Infancia que tiene como objetivo sensibilizar a la opinión pública sobre la gravedad del uso del castigo corporal como método de disciplina en niños. Hasta una simple bofetada puede dejar huellas profundas en el menor.
Gilles Lazimi, coordinador de la campaña, señala:
"La bofetada no es un gesto insignificante, va a tener consecuencias, puede tener consecuencias físicas, con un riesgo para el flujo sanguíneo, para el rostro, el oído, puede sacudir el cerebro y provocar daños. Induce el miedo y la ansiedad, bloquea el pensamiento y puede tener consecuencias psicológicas si se repite".
El video, que fue emitido en 16 cadenas de televisión francesa, invita a pensar, debatir, cambiar tal vez, sin culpa, y poner fin a todo tipo de violencia, visible e invisible en la crianza de los menores; sus consecuencias pueden ser nefastas para su desarrollo.
"Hay que acabar con esto, hay que sacar esta violencia del arsenal educativo. Uno puede ser autoritario y tener un hijo obediente sin la necesidad de pegarle. Pegar encierra grandes peligros", advierte Lazimi.
El 85% de los padres franceses abofetean a sus hijos. El 50% piensa, erróneamente, que la bofetada es una sanción pedagógica.
La violencia genera violencia. El castigo físico como norma de educación carece de sentido. Sólo enseña al niño a tener miedo y a ser sumiso, advierte la fundación Francesa Pro-Infancia.
AAE
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