CIUDAD DE MÉXICO, México, mayo 21, 2013.- El domingo pasado miles de habitantes del municipio de Coalcomán, Michoacán, se reunieron en la plaza principal para manifestar su respaldo al grupo de autodefensa conformado para detener los agravios que por años han sufrido de los Caballeros Templarios.
"Todo ya está al bordo de la quiebra, ya nadie tiene trabajo para la gente, siempre se llega el mes de pagar la cuota y lo que, lo único que se tiene que hacer es hasta dejar la gente sin comer por pagar la cuota ¿por qué? Por miedo a la muerte", afirma un miembro del grupo de autodefensa.
"Ya no se puede soportar, es el límite, ya, ahorita que si nos van a matar por un secuestro mejor que nos maten donde estamos parados, peleando, de pie, no de rodillas", dice otro miembro del grupo de autodefensa.
Otro integrante de la autodefensa de Coalcomán denunció los cobros que los grupos de la delincuencia las cuotas de los miembros de la delincuencia organizada:
"Me estaban cobrando por metro, 120 cada por metro de madera que bajaba. Si valía 500 a mi me pagaban 380 y los 120 eran para ellos."
"Porque ya no aguantábamos, las puertas ya no las podíamos abrir ni podíamos andar en la calle ni los niños ni nadie Ellos se reían de uno eran los meros jefes como que eran dueños de Coalcomán", expresa una habitante de la población.
"Los agricultores este año no pudieron vender su maíz porque bajo el precio, no lo dejaron salir querían acapararlo y ese fue la cosa que el pueblo pos ya no pudo más", señala Misael González, integrante del grupo de autodefensa de Coalcomán, Michoacán.
Entonces inició la resistencia. La mañana del miércoles pasado, decenas de hombres armados y encapuchados irrumpieron en el edificio del Ayuntamiento
"Al llegar aquí a las oficinas y que se empezaron a quitar las capuchas los compañeros, que los amigos, que los empresarios, los ganaderos, los agricultores. Me dijeron, presidente estamos hartos de tanta extorsión. Fue donde yo mira descanse, descanse, yo dije, es mi gente, es mi pueblo", comenta Rafael García, alcalde de Coalcomán, Michoacán.
Luego del surgimiento en febrero pasado de los grupos de autodefensa en los municipios vecinos de Tepalcatepec y Buenavista Tomatlán, el alcalde Rafael García asegura haber advertido al gobierno del estado y al ejército de que en Coalcomán podría pasar lo mismo:
"Yo quería que hubiera la intervención del ejército para que resguardara el pueblo, pero no fue así. Se enfocó en Tepalcatepec, para acá no llegaron. Por más que conste pos yo por más de mediar y mediar y mediar no fue posible, la gente ya estaba muy cansada y está muy cansada."
Hasta ahora, dicen los habitantes de Coalcomán, el saldo por atreverse a desafiar a Los Caballeros Templarios ha sido positivo: No hay más cuotas ni extorsiones. Sin embargo la venganza de los delincuentes les preocupa. La madrugada del jueves pasado, a menos de 24 horas de iniciar su resistencia, tres de los trece aserraderos fueron incendiados.
"Acabaron por lo menos con 250 empleos directos, acabaron con los 10, 15 millones de pesos en inversión en materia prima en producto ya terminado para salir a su venta", asegura Misael González, integrante de un grupo de autodefensa.
A su llegada a Coalcomán, elementos del ejército dijeron al grupo de autodefensa que debía entregar sus armas. Los habitantes del municipio respondieron que primero desarmaran a los miembros de la delincuencia organizada y luego a ellos
Para manifestar su postura, miles de habitantes, acompañados por las autoridades del municipio, se trasladaron el destacamento militar que se encuentra en la comunidad.
Después de media hora, los manifestantes regresaron a la plaza con la solicitud del ejército de esperar a que estuvieran representantes de los gobiernos estatal y federal para discutir sobre el desarme.
El desarme significa para ellos una sentencia de muerte.
"No sé por qué a esas personas que tienen tanto tiempo, que tienen ocho años con las armas aquí paseándose libremente por el pueblo a ellos no los ven. No los voltean a ver, nosotros tenemos cuatro días y ya nos vieron. Y nos quieren venir a desarmar", dice un integrante de los grupos de autodefensa.
La llegada del ejército ha dado a los habitantes de Coalcomán tranquilidad, pero temen que, como en otras ocasiones, éste se vaya dejando todo igual y a ellos a merced de sus verdugos.
"Quisiera que el gobierno nos permitiera en lugar de venir a desarmarnos que nos permitiera trabajar con ellos y que nosotros vamos con ellos los buscamos les decimos quienes son para que los encierre y para que este problema se acabe", apunta Misael González, integrante de un grupo de autodefensa.
MACO
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