Laboratorio de pobreza

En Guerrero inició la cruzada contra el hambre, pero las promesas incumplidas generan escepticismo en las comunidades

CIUDAD DE MÉXICO, México, abr. 11, 2013.- En el municipio guerrerense de Mártir de Cuilapan inició la cruzada contra el hambre.

"Yo no estoy mintiendo. Aquí venimos a dar una solución.  Han oído algo que se llama la Cruzada Nacional contra el Hambre? Sí. Que necesitamos apoyos, beneficios. La cruzada contra el hambre es que nos organicemos, que nosotros digamos cuáles son nuestras necesidades reales y que tengamos un comité y que ese comité le vaya dando seguimiento a lo que nosotros pedimos", dijo Óscar Anaya de Sedesol.

San Agustín, es una de las 17 comunidades del municipio guerrerense de Mártir de Cuilapan, uno de los 400 seleccionados para arrancar la primera etapa de la cruzada.

La localidad de San Agustín se ubica a unos metros del puente Mezcala Solidaridad en la autopista del Sol, una de las obras emblemáticas del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Y aunque la comunidad está a lado del río Balsas tiene un severo problema de abasto de agua para siembra y consumo. Los pobladores llevan años pidiendo una solución. Eso le consta Leoncio un artesano que desde hace unos meses es el comisario de la localidad.

"Lo necesitamos porque si no hay agua, ¿cómo vamos a vivir aquí?  Nosotros queremos agua que haiga. Con este calor no aguanta. El río, eso lo que veo ya también se va secando. Cuando yo era niña había mucho del agua. Ahora igual veo que ya se está terminando que queda bien poco", comentó Florencia Castelar, habitante de Mártir de Cuilapan.

"Dijeron que nos van a componer el agua bien, que íbamos a tener en nuestras casas, pero hace dos años lo compusieron el agua y lo compusieron mal. No había válvulas y se regaba para todos lados y nosotros otra vez fuimos a exigir con el Conagua", comentó Leoncio Mendoza, comisario San Agustín.

Las promesas acumuladas y sin cumplir alimentan la desconfianza.

"Muchas veces se vino a ofrecer muchas cosas, que decía que las señoras ya no van a hacer palma, que los va a apoyar, que los va a apoyar de todo, que van a salir adelante y desgraciadamente nada más vino a prometer y nos dejó así", aseveró Leoncio Mendoza, comisario San Agustín.

En el municipio las mujeres se dedican a tejer cintas de palma que venden a 2.50 cada brazada. En un día las más hábiles pueden lograr hasta 30 brazadas.

Pero ellas no tienen las máquinas ni el conocimiento para hacer los sombreros de palma, por lo que venden las cintas a artesanos de Chilapa, quienes se encargan de elaborarlos.

Las mujeres piden ayuda para realizar los sombreros y obtener así una fuente de ingresos, pero también hay desconfianza, por tantas promesas incumplidas.

"Ahora tu llegas a las asambleas y la gente dice, qué me va a dar. Tenemos que romper esta inercia, esta cultura. Identificar áreas de oportunidad. Podamos transitar de programas meramente asistencialistas a programas y acciones que nos permitan establecer ese camino. De atención a la emergencia con acciones especificas de apoyo al desarrollo de la producción", señaló  Javier Guerrero, Subsecretario de Desarrollo Urbano de Sedesol.

Junto con la comunidad están en proceso de elegir a los responsables de los diferentes comités. Uno de ellos es el de Obra para el mejoramiento de las viviendas. A mano alzada la asamblea elige a los miembros de los comités. Así seleccionaron a María como vocal de control y vigilancia del comité de Obra.

"Yo no quería porque yo no conozco, no puedo leer nada. Dijeron que no le hace que no conozca uno. Yo nada más sé que ya me metieron, pero no sé qué voy a hacer", dijo la señora María, integrante del comité de Obra.

"Ella es la encargada de estar muy al pendiente de que el recurso no se vaya a desviar, de que el presidente o el secretario del comité hagan su trabajo adecuadamente, que no vean cosas raras en la aplicación del recurso o en la entrega del material", comenta, Jesús Zariñan, funcionario de Sedesol.

A decir de los integrantes de la Cruzada un rasgo que distingue a esta estrategia de programas del pasado como Solidaridad, Progresa y Oportunidades es que se va a poner énfasis en volver a las comunidades autosuficientes.

"Yo fui digamos participé como coordinador del programa de Solidaridad de una tarea parecida, pero llegamos tarde con la parte productiva, o sea, la parte productiva no nos alcanzó. Pudimos avanzar incluso aquí en estas comunidades hay mucha huella de lo que fue el programa de Solidaridad desde hace ya muchos años", dijo Carlos Rojas, Fondo Nacional de Apoyo para las Empresas de Solidaridad.

Y habla de la Cruzada:

"Tiene un ingrediente de participación social que también tuvo Solidaridad y me parece que en eso como en otros temas se hermana."

Desde entonces hasta ahora las mediciones de pobreza indican que los programas impulsados no han sido exitosos, pues no se ha incidido significativamente en la pobreza alimentaria, de capacidades y de patrimonio.

Por ejemplo, en Mártir de Cuilapan entre 2005 y 2010, el ingreso por persona en transferencias de Oportunidades pasó de $665 pesos a $1,396, un incremento de más de $730 pesos, es decir el ingreso se duplicó.

Sin embargo, la proporción de los habitantes en pobreza alimentaria se mantuvo estable, al pasar de 57.4% a 56.6%, una reducción de apenas .8%.

El gobernador Ángel Aguirre confía en la cruzada y la diferencia de los anteriores programas sociales:

"Eran programas asistencialistas y muchos de ellos, para decirlo, clientelares. No se hizo lo que hoy se pretende hacer, estar midiéndolos. Entonces los dejamos a la buena de Dios. Cada gobierno que ha llegado ha dicho hoy voy a poner en marcha el programa de pisos y techos, pero nunca hubo un seguimiento puntual con Coneval y otros organismos que permitan estar midiendo."

"Quiero decirle a la cruzada contra el hambre que no nomas nos viene a proponer como hizo las otras pasadas que nos van a hacer este y este. Quiero que sea pues realidad, que se haga realidad y que no nada más nos vengan a decir nosotros nada más quedamos con ese sueño de que queremos mejorar", comentó Leoncio Mendoza, comisario de San Agustín.

MACO