El Papa en México

Al realizar una visita de cuatro días en México, Benedicto XVI expresó su apoyo y solidaridad al pueblo de nuestro país

El viernes 23 de marzo de 2012, el 777 de Alitalia, estaba listo para la gira número 23 del Papa Benedicto XVI. Al interior del avión apostado en el Aeropuerto del Fiumicino, esperaban un sequito de 30 personas cercanas al líder de la Iglesia Católica, 70 periodistas internacionales, y funcionarios del Estado Vaticano.

A las 9 de la mañana, el Papa Benedicto XVI subió la escalinata rumbo a una gira en la que constataría la entrega de los católicos de Latinoamérica, y el difícil escenario social y de seguridad:

"Nosotros conocemos todas las cosas bonitas de México, pero también conocemos ese problema del narcotráfico y la violencia y esto es una gran responsabilidad para la Iglesia. En este país donde el 80 por ciento son católicos, tenemos que hacer lo posible contra este mal que destruye a la humanidad", dijo el Papa al contestar la pregunta de Valentina Alazraki en el vuelo de Roma a Guanajuato.

En México, voluntarios y fieles comenzaron a apostarse a lo largo de la carretera entre León y Silao. Un delgado cordón dividiría a los participantes del Papa Móvil.

En el Aeropuerto Internacional del Bajío, El Estado Mayor Presidencial hacía minuciosas inspecciones a los equipos de parte de los 1,600 periodistas acreditados.

El Papa Benedicto XVI no besó suelo mexicano,  pero recibió tierra Mexicana de los niños Gilberto Moreno y Araceli Esteban, de Metlatónoc , quienes entregaron el primer regalo al Papa en una caja de Olinalá.

"Me siento muy feliz de estar aquí, y doy gracias a Dios por haberme permitido realizar el deseo, guardado en mi corazón desde hace mucho tiempo, de poder confirmar en la fe al Pueblo de Dios de esta gran nación en su propia tierra. Es proverbial el fervor del pueblo mexicano con el Sucesor de Pedro, que lo tiene siempre muy presente en su oración. Lo digo en este lugar, considerado el centro geográfico de su territorio, al cual ya quiso venir desde su primer viaje mi venerado predecesor, el beato Juan Pablo II. Al no poder hacerlo, dejó en aquella ocasión un mensaje de aliento y bendición cuando sobrevolaba su espacio aéreo. Hoy me siento dichoso de hacerme eco de sus palabras, en suelo firme y entre ustedes: Agradezco el afecto al Papa y la fidelidad al Señor de los fieles del Bajío y de Guanajuato. Que Dios les acompañe siempre. Con esta breve visita, deseo estrechar las manos de todos los mexicanos y abarcar a las naciones y pueblos latinoamericanos, bien representados aquí por tantos obispos, precisamente en este lugar en el que el majestuoso monumento a Cristo Rey, en el cerro del Cubilete, da muestra de la raigambre de la fe católica entre los mexicanos, que se acogen a su constante bendición en todas sus vicisitudes", dijo el Papa al llegar al Aeropuerto del Bajío.

El presidente Felipe Calderón pronunció uno de sus últimos discursos públicos previo a le entrada de las campañas presidenciales.

"Lo recibe, su Santidad, un pueblo que ha sufrido mucho por diversas razones, y que a pesar de ello hace enormes esfuerzos todos los días para llevar el alimento a la mesa de la casa, para educar a los hijos, para sacar adelante a la familia. México sufrió, por ejemplo, como pocos países, los efectos de la crisis económica internacional, la más profunda que hayan visto las generaciones actuales en el mundo. México también ha sufrido, Su Santidad lo sabe, la violencia despiadada y descarnada de los delincuentes. El crimen organizado infringe sufrimiento a nuestro pueblo y muestra, hoy, un siniestro rostro de maldad como nunca antes. En los últimos años, Su Santidad, también hemos sufrido sequías e inundaciones sin precedentes, fruto del daño irracional que los seres humanos hemos hecho a la naturaleza, además, de epidemias y terremotos", dijo el presidente Calderón.

De un espacio en el Aeropuerto de Guanajuato salió el Papa Móvil, un vehículo Mercedes Benz especialmente diseñado para las giras del Papa, y valorado en más de 600 mil dólares.

Con alto blindaje y resistencia, incluso a granadas, el vehículo había llegado procedente de la aduana de Veracruz algunos días antes.

Tras saludar y dar la bendición a un grupo de niños con discapacidad, el Papa Benedicto entró a la cabina del Papa Móvil, rumbo a la Ciudad de León.

SEGUNDO DÍA EN MÉXICO

Era el segundo día de la visita del Papa a México, a unos meses de la elección presidencial del 2012, y unas horas después de manifestar su agrado por visitar México, uno de los países con mayor adhesión  de católicos en el mundo.

El auto blindado se dirigía a la antigua Santa Fe Real de Minas de Guanajuato, tesoro colonial del Continente.

Recibió las llaves de la ciudad de Guanajuato.

Y ya en Papamóvil, recorrió más de 6 kilómetros de callejuelas hasta llegar al Centro de esta ciudad, considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Tras -sorpresivamente- otorgar la bendición a una niña, caminó unos pasos entre la multitud emocionada.

Poco después de reunirse con el presidente Felipe Calderón y a saludar a víctimas de la violencia en México, el Papa Benedicto XVI salió a dar un mensaje a los niños.

El segundo día de la visita del Papa Benedicto a México había sido agotador.

En los trayectos, en las entrega de la gente a lo largo del camino, en esos pequeños minutos para recibir las llaves de la ciudad, el Papa había constatado, hasta ese momento, la entrega de los feligreses.

DÍA TRES

Era mañana del domingo. Antes de llegar al Parque Bicentenario, el Papa -dentro del Helicóptero Super Puma del Estado Mayor Presidencial- admiró la enorme estatua de Cristo Rey en el cerro del Cubilete, uno de los santuarios católicos más importantes de Latinoamérica, especialmente para los fieles migrantes de Guanajuato.

Unos minutos después,  el Papa Móvil recorría las llamadas Islas del Parque para que los fieles pudieran observar de cerca al Papa.

"Queridos hermanos, al venir aquí he podido acercarme al monumento a Cristo Rey, en lo alto del Cubilete. Mi venerado predecesor, el beato Papa Juan Pablo II, aunque lo deseó ardientemente, no pudo visitar este lugar emblemático de la fe del pueblo mexicano en sus viajes a esta querida tierra. Seguramente se alegrará hoy desde el cielo de que el Señor me haya concedido la gracia de poder estar ahora con ustedes, como también habrá bendecido a tantos millones de mexicanos que han querido venerar sus reliquias recientemente en todos los rincones del país. Pues bien, en este monumento se representa a Cristo Rey. Pero las coronas que le acompañan, una de soberano y otra de espinas, indican que su realeza no es como muchos la entendieron y la entienden. Su reinado no consiste en el poder de sus ejércitos para someter a los demás por la fuerza o la violencia. Se funda en un poder más grande que gana los corazones: el amor de Dios que él ha traído al mundo con su sacrificio y la verdad de la que ha dado testimonio. Éste es su señorío, que nadie le podrá quitar ni nadie debe olvidar. Por eso es justo que, por encima de todo, este santuario sea un lugar de peregrinación, de oración ferviente, de conversión, de reconciliación, de búsqueda de la verdad y acogida de la gracia de Dios", dijo el Papa durante la misa celebrada el domingo.

Al final, rezó la oración Mariana del Angelus Domini.

Una parte fundamental de su viaje, era la reunión con Obispos del Continente, en tiempos en los que la Iglesia Católica perdió un porcentaje considerable de su feligresía. En tiempos en los que algunos sectores de fieles mostraron su desilusión por lo que consideraron tolerancia de la Iglesia en temas de abuso contra menores.

Frente a obispos de toda América Latina, y tras un largo día, el Papa Benedicto XVI dijo que había esperado con ilusión el encuentro, en momentos en que la situación actual de las diócesis plantea retos y dificultades.

En la Catedral de León -en el Estado con más católicos del país- Benedicto XVI recordó que la fe católica ha marcado la historia y costumbres de este continente.

El Papa Benedicto XVI señaló la importancia de los laicos en la animación litúrgica, en el compromiso social y en las obras de caridad de la Iglesia. Invitó a sus miembros a evitar críticas y celos nocivos.

Al término de las vísperas, sonaron las campanas de Zacualtipán, Hidalgo, fundidas en bronce que data de 1865, y que fueron colocadas en la remodelada catedral de León, para esta ocasión.

Afuera cientos de miles abarrotaban el Centro Histórico de León y festejaron cuando, a control remoto, se inauguró la nueva iluminación de la Estatua de Cristo Rey.

Una impresionante estatua de 20 metros de largo, de broce, diseñada por Fidias Elizondo, que a partir de ahora, y cada noche mostrará luz de tecnología LED.

DÍA CUATRO

El lunes, la población del  Bajío se preparaba para darle la despedida al Papa Benedicto XVI.

"En nombre del pueblo y del gobierno de México, agradezco enormemente a su Santidad Benedicto XVI la visita que ha llevado a cabo a nuestro país. Han sido tres días de intensa emoción en la que se han encontrado el profundo pensamiento  de un líder espiritual y el afecto de un pueblo en libertad. Al recibir a Su Santidad, los mexicanos y las mexicanas lo hemos hecho con profunda alegría y con lo mejor de nuestra hospitalidad", dijo el presidente Felipe Calderón.

En el Aeropuerto del Bajío, minutos antes de abordar el avión que lo llevaría a Santiago de Cuba, la segunda etapa de su gira, el Papa Benedicto XVI llamó a los mexicanos a fortalecer sus raíces:

"Me voy colmado de experiencias inolvidables, como inolvidables son tantas atenciones y muestras de afecto recibidas. Deseo reiterar con energía y claridad un llamado al pueblo mexicano a ser fiel a sí mismo y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valiente y trabajar para que sus propias raíces cristianas florezcan su presente y su futuro", dijo el Papa al despedirse de México.

MCT