En nombre del pueblo

Por Cecilia Reynoso y Antonio Mandujano | Fuente: Noticieros Televisa | 2013-02-06

Justicia comunitaria

Adriana Manzanares es una indígena tlapaneca que cumple una condena de cárcel debido a los usos y costumbres de su comunidad

CHILPANCINGO, México, feb. 5, 2013.- Adriana Manzanares, indígena tlapaneca de 26 años, ama de casa, campesina y madre de tres hijos. Vivía en Camalote, una comunidad con alrededor de 500 habitantes, (MAPA) ubicada en el municipio de Ayutla de los Libres, Guerrero.

"No pienso regresar a mi pueblo y pienso ir a traer mis hijos y vivir otro lugar pero que no sea mi pueblo. Por lo que me acusa que no, una cosa que yo no hice", dijo  Adriana Manzanares.

Por una decisión comunitaria, basada en usos y costumbres de su pueblo, Adriana vive desde hace casi siete años prisionera en el penal de Chilpancingo. Fue acusada por su padre ante el comisario ejidal de ser infiel a su marido y provocarse un aborto. El comisario convocó al pueblo para decidir en asamblea qué hacer con ella.

"Reunieron toda la gente del pueblo, le dijeron que hubo un niño muerto  y lo mandaron traer su papa del niño, que no era pues mi marido, por eso fue dice que a lo mejor por eso yo lo mate el niño", relató Manzanares.

"Se junta todo el pueblo en la plaza y empiezan a escupir  a Adriana, le empiezan a lanzar piedras, la empiezan a insultar la empiezan a amenazar. Parece que lo que se está castigando es la infidelidad de Adriana", destaca Javier Angulo, abogado del CIDE

Todo empezó en junio de 2006, cuando Adriana, entonces embarazada, inició su trabajo de parto.

"Se me vino rápido el niño. No había quien lo agarrara, no puedo hacer fuerza y agarrar al mismo tiempo al niño porque no había nadie. Yo vi que nació muerto mi hijo, porque yo no lo vi vivo pues. Por mi ignorancia, por más fácil hice de que yo fui a enterrar el bebé", recordó Adriana.

Horas más tarde, cuando sus padres llegaron, Adriana explicó lo sucedido:

"Está bien, dice, pero más seguro que tu mataste al niño y ya mi papá me dijo dice que ya yo tengo que pagar lo que hice."

"Y entonces la comunidad hace la acusación, la comunidad hace la investigación, extrae la confesión que es validada por funcionarios de procuración y administración de justicia", relató Javier Cruz Angulo, investigador del CIDE.

"La gente de allá son más ignorantes que no entran razón pues, con decir que el comisario te dice algo porque es, lo apoyan del pueblo para que me detuvieran a mí", afirmó Manzanares.

Después de obligarla a declararse infiel y de provocarse el aborto, fue entregada al Ministerio Público de Ayutla.

"Esto de reproducir los valores morales en la justicia no es lo correcto porque se va a desbordar en cada comunidad. Qué valores tiene y entonces qué grado de violencia puede ejercer", subrayó el investigador Angulo.

Sin apoyo de un intérprete y un abogado, Adriana firmó unos documentos.

"Licenciado le digo, oye ese papel qué es, dice, eso pa que te entreguen el cuerpo del niño. Le digo pues entonces léame, le digo porque yo no puedo leer, ni puedo leer rápido ni conozco bien las letras. No dice, de todos modos fírmame aquí, y me hizo firmar a fuerza."

A Adriana le dictaron una sentencia de 27 años de prisión.

En 2011 la Clínica de Interés Público del Centro de Investigación y Docencia Económicas asumió la defensa de Adriana. Desde el año pasado su caso está en la Suprema Corte de Justicia de la Nación en espera de sentencia.

"No se puede borrar la Constitución en una popular, asamblea comunitaria.  Si bien el dos constitucional autoriza los usos y costumbres lo que no autoriza es borrar el resto de la Constitución Mexicana. Una vez que se golpea y se colisiona, como el derecho a tener un juicio justo, evitar justicia por propia mano, en ese momento los usos y costumbres, la corte debe mandar el mensaje de un alto", afirmó el abogado Angulo.

MACO

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