El juego de David Cameron ante la Unión Europea

Por Carla Aguirre | Fuente: Noticieros Televisa | 2013-01-28

David Cameron

El premier británico convocará a un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE. La propuesta llega en momentos en que el bloque se perfila hacia una mayor integración

El primer ministro británico, David Cameron, anunció el pasado 23 de enero que  convocará  a un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE).  De acuerdo a su plan, antes de someter la decisión al pueblo británico, renegociará las relaciones de su país con la UE.

En un esperado discurso pronunciado en la sede de la agencia Bloomberg en Londres, Cameron prometió  que, de ganar las próximas elecciones generales en 2015, celebrará la consulta a finales del 2017. "Es hora de que resolvamos esta cuestión europea. Lo que les digo a los británicos es que será su decisión", puntualizó.

En un discurso que se ha comparado con el de Margaret Thatcher en Brujas, en 1988, Cameron lanzó fuertes críticas a la UE por su falta de competitividad y transparencia, así como por su lejanía de los ciudadanos.

El jefe de estado británico ha reiterado que debe buscarse una Unión Europea  menos burocrática, más flexible,  más transparente y más democrática en su funcionamiento. Una Unión más competitiva, sobre el pilar del libre comercio, en la que las decisiones que afectan a los ciudadanos sean tomadas por  el  gobierno de sus países, no por Bruselas.

"Si no queremos afrontar ese reto, existe el peligro de que Europa falle y que el pueblo británico se vea arrastrado a la salida", planteó Cameron. "Yo no quiero que eso ocurra. Yo quiero una relación entre la UE y Gran Bretaña que nos permita seguir dentro", dijo.

El anuncio como estrategia político- electoral y el 'chantaje'

En mayo del año pasado, eran el doble los británicos que querían abandonar la Unión Europea que aquellos que querían permanecer, de acuerdo con el semanario The Economist. Si bien a medida que se ha ido vislumbrando una posibilidad real de la salida de la UE este porcentaje ha ido disminuyendo, sondeos recientes, como el realizado por el periódico The Guardian, muestran que más de la mitad de la población apoya la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Con el respaldo de las encuestas, Cameron concede ante las presiones internas en su partido a favor de una postura más radical, en tanto que busca además conseguir los votos del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP por sus siglas en inglés).

La propuesta de Cameron puede llevar a la ruptura entre el partido conservador y el liberal demócrata del viceprimer ministro  Nick Clegg, el cual podría presentarse a las elecciones como la alternativa "europeísta".

Así, mientras en el ámbito interno el anuncio de Cameron puede interpretarse  como una estrategia política-electoral, algunos países de la Unión Europea  y el presidente del Parlamento Europeo han advertido  al Reino Unido que es peligroso plantear el referéndum. Algunas voces acusan a Cameron de estar haciendo un chantaje al amenazar con abandonar la UE si se rechaza su pretensión de nacionalizar ciertas políticas comunitarias.

Los  "europeístas" críticos de la propuesta denuncian que lo que el Primer Ministro quiere es un traje a la medida, un menú a la carta que le permita eximirse de la normativa y estándares europeos en materia laboral, financiera, ambiental, así como en el terreno de la cooperación policial y judicial.

Reino Unido y Europa: 40 años de tensión.

Con intensidades variables a lo largo del tiempo, la resistencia a una mayor integración en aspectos que pudieran afectar su interés nacional ha marcado la relación del Reino Unido con Europa desde que este país se unió a la Comunidad Económica Europea en 1973.

Entre los momentos de mayor tensión se encuentra el gobierno de Margaret Thatcher (1979-1990). En 1984 tuvo lugar uno de los episodios que marcarían el tono de la relación de Gran Bretaña con el continente.  La "Dama de Hierro" consiguió el cheque por el que Bruselas devuelve cada año a Londres parte de su aportación presupuestaria. Más tarde, con John Major, el Reino Unido logró una cláusula de exclusión al Tratado de Masstricht de 1992, con lo que quedó fuera de la moneda común.

Aunque Reino Unido es uno de los miembros fundadores de la UE, no solo se ha mantenido fuera de la zona euro, sino también de la aplicación total del espacio Schengen.

La llegada al poder de  David Cameron ha significado  nuevamente una etapa de desencuentros con la UE. En la cumbre europea de finales de 2011, cuando Cameron exigió grandes ventajas para el Reino Unido,  empezó a divisarse un riesgo de fractura.

Salvar al euro...  ¿dividir la Unión?

El anuncio de Cameron, que genera una mayor incertidumbre en torno al futuro de la UE, llega justo en un momento en que los países de la zona euro han respondido a la crisis que ha azotado a la región con una postura opuesta: la búsqueda de una mayor integración.

Los miembros de la eurozona han concedido a  las instituciones europeas un mayor control sobre su política fiscal y se perfilan rumbo a una unión bancaria. Como señala R. Daniel Kelemen en su artículo del 21 de enero de 2013 en Foreign Affairs, mientras la UE toma medidas para fortalecer la integración económica y política,  se está generando una mayor división entre los miembros de la zona euro y los Estados fuera de la unión monetaria. Kelemen plantea así la paradoja: se salva al euro en tanto que se divide a la Unión.

Es este escenario el que los grupos "euroescépticos" británicos visualizan como una oportunidad para relajar los lazos con la Unión Europea.

¿Y qué pasaría si el Reino Unido saliera de la Unión Europea?

El Reino Unido obtendría algunos beneficios inmediatos con su salida de la Unión Europea, señala  el semanario  británico The Economist en un artículo fechado el 8 de diciembre de 2012.

Ahorraría 13 mil millones de dólares al año en contribuciones netas a la UE. Experimentaría una baja en los precios de los alimentos debido a la salida de la política agrícola común, además de que podría liberarse de directrices en materia laboral y otras reglas financieras.

No obstante, las ganancias se verían rebasadas por los costos, apunta The Economist.  La salida del Reino Unido de la UE afectaría  su comercio con el mercado  que representa el destino de la mitad de sus exportaciones. Los productores de automóviles que usan a ese país como su base de operaciones para Europa  se irían, junto con una parte importante de la industria de servicios financieros. El Reino Unido se vería obligado a renegociar docenas de tratados bilaterales desde una posición de mayor debilidad. Así, el Reino Unido habría comprado algo de soberanía, pero a un costo extraordinario para él y sus socios, sentencia The Economist.

Hacia adelante...

Cameron seguirá de cerca los debates y acuerdos que la crisis en la eurozona traigan consigo sobre el diseño institucional de la UE, para formular su postura. Su objetivo es ir a las elecciones de 2015 con el compromiso del replanteamiento de las relaciones entre el Reino Unido y la UE en su plataforma electoral. De acuerdo a lo planteado, para que tenga lugar el referéndum, primero los conservadores deben mantenerse en el poder y, además, debe haber negociaciones entre Londres y la UE. Es decir, el 2017 aún se ve lejano.

En el sistema internacional actual, el aislamiento del Reino Unido derivado de una salida de la UE podría significarle una mayor pérdida de influencia, así como un fuerte impacto sobre su economía. No obstante, hay espacio para no llevar la decisión hasta ese extremo. El Reino Unido ha ganado diversas batallas frente a la UE, logrando mantenerse siempre en el terreno de juego. En tanto, Alemania, el verdadero motor de la UE, ha sentenciado que "quiere que el Reino Unido siga siendo un actor activo y constructivo de la UE", pero una "Europa  a la carta no es una opción".

 


AAE

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