Andrea y Valeria, víctimas de violación en un taxi del Ajusco

Estas mujeres abordaron un taxi sin saber que su trayecto terminaría con una agresión sexual, ambas fueron víctimas de la misma persona

CIUDAD DE MÉXICO, México, ene. 11, 2013.- Son las voces de dos mujeres que han sido víctimas de una violación a bordo de un taxi en calles de la Ciudad de México.

"Iba a gritar porque vi a una persona, pero me volvió a poner la pistola en la cabeza, dije no, mejor no... más que nada lo hice por mi bebé", recuerda Valeria, víctima de violación.

"Me pidió que me quitara los pantalones junto con mis pantaletas. Le hice caso", dice Andrea, también, víctima de agresión sexual.

Aseguran que esa experiencia sin duda, les ha marcado la vida.

"Antes no me daba miedo andar en la calle o en la noche", asegura Andrea.

"No me quisiera acordar, fue algo muy feo, más porque todo el tiempo me estuvo amenazando con la pistola", explica Valeria.

Por seguridad, las llamaremos Andrea y Valeria...

Andrea es una estudiante universitaria que el pasado 2 de agosto, al salir tarde de la escuela, decidió tomar un taxi sobre la avenida Picacho Ajusco del DF. Eran las 10 de la noche y al llegar a la puerta de su domicilio: "Yo me distraigo para sacar el dinero y cuando agarro mi cartera y volteo a verlo, él me pone una pistola en la cabeza, no me dejó bajar, puso los seguros".

El conductor no paró hasta llegar a una zona apartada. "Me dice que me pase al frente con él. Ya cuando estaba adelante, nunca soltó la pistola, nunca dejó la pistola ni nada, abusó de mi".

Una vez ultrajada cuenta que el sujeto la abandonó en las inmediaciones de la misma avenida donde lo abordó, no sin antes amenazarla para que no lo denunciara.

Según el expediente fue hasta el 13 de septiembre cuando el presunto agresor Jonathan Alejandro Flores, de 26 años de edad, volvió a cometer otra violación. En esta ocasión su víctima fue Valeria, una joven secretaria que al regresar de su trabajo, le hizo la parada.

"Yo abordé ese taxi. Supuestamente me fijé que estuviera bien, que fuera taxi, me subí en él, le dije que me llevara a la Calle 3 de Glorieta".

Igual que con Andrea, amenazó a Valeria a unos metros de su casa. "Cuando le dije derecho se estacionó y sacó una arma y me dijo que me pasara adelante. Yo me paso a la parte de adelante donde fui abusada, en ese momento quise gritar y me jaló de los cabellos. No me dejaba parar".

Según el 6º. Informe de Labores de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), de marzo del 2011 a febrero de 2012 se iniciaron mil 64 averiguaciones previas por el delito de violación; de ellas, en sólo tres de cada 10 casos la dependencia logró detener a los presuntos responsables.

Asimismo, el documento indica que de enero a septiembre del 2012 se han registrado 663 casos de violación, un promedio de 2.42 violaciones al día.

La cooperación de las víctimas y el trabajo de la Policía de Investigación, llevaron a la captura de este sujeto el 29 de septiembre pasado cuando realizaban un recorrido por la zona de los hechos, Valeria vio pasar el taxi donde fue violada.

"Me hicieron que me bajara me pasaron a la parte de atrás, lo perseguimos como a media cuadra, me dijo el judicial hija le vamos hacer una pregunta de una calle, fíjate por favor si es él, le preguntaron: '¿Conoces la calle Excélsior?', hasta me acuerdo muy bien, y el volteo y le dice 'No' y cuando lo vi entré en pánico, como un ataque de nervios no sé", detalla Valeria.

Al ser identificado plenamente por su víctima de inmediato procedieron a su detención.

"El juez 17 penal en primer instancia del Tribunal Superior de Justicia le dictó su auto de formal prisión por los delitos de violación agravada calificada y robo calificado en dos víctimas que ya están en ese proceso", explica la titular de la Fiscalía de Delitos Sexuales de la PGJDF, Juana Camila Rebollar.

Según la Procuraduría del Distrito Federal, Valeria y Andrea no fueron las únicas víctimas de Jonathan Alejandro.

"Otras dos víctimas, obviamente no había denunciado por razones de pudor".

El presunto responsable podría alcanzar una penalidad de hasta 20 años de cárcel por cada caso de violación que se le está imputando.

Sin embargo para las víctimas, la captura de este sujeto no pone fin a su amarga experiencia, ya que aseguran viene lo más difícil.

"Lo peor va a ser cómo verlo, la verdad no sé cómo voy a reaccionar", confiesa Andrea.

"No le deseo nada malo pero está donde debe estar", ¿Qué te falta?, "Que lo sentencien y que se acabe todo", dice Valeria.

"Es importante sensibilizar a los integrantes del Poder Judicial que son muy rígidos en relación de la prueba. Muchas veces quedan libres. Es terrible", detalla Alicia Azolini, profesora investigadora de Ciencias Penales y Criminológicas de la UAM Azcapotzalco.

Por su parte, el diputado local Santiago Taboada, dijo: "Buscar que precisamente con reformas legales que permitamos que estos jueces, que estos ministerios públicos cada vez estén más capacitados para conocer pero sobretodo resolver este tipo de delitos".

Valeria y Andrea saben que tienen que trabajar mucho para sobreponerse de esta experiencia que tardarán muchos años en superar.

AGHO