Puentes romanos

En la antigüedad el río Tíber era de gran importancia para los romanos; era una frontera natural y una importante vía de comunicación

ROMA, Italia, ene. 3, 2013.- La relación entre Roma y el Tíber sufrió un cambio importante, con motivo de la Unidad de Italia en 1861, cuando se presentaron dos exigencias: urbanizar la ciudad y protegerla de las inundaciones del río.

"Le construyeron unos muros que son los que vemos hoy, que lograron proteger la ciudad que ya no quedó sumergida, pero excluyeron el río de la ciudad, se rompió la relación milenaria entre la ciudad y su río", explica Renato Sebastiani, arqueólogo de la Superintendencia Especial para los Bienes Arqueológicos de Roma.

En el siglo XIX, cuatro siglos después de la construcción del Puente Sixto, existió otro puente construido por un Papa: el Puente de Hierro. Pío IX hizo construir una estación de ferrocarril en el sur de la ciudad y luego, en 1862, este puente para hacer pasar a los veleros. Su idea era la de crear, aquí, una zona industrial

Entre 1870 y 1911 se construyeron 10 puentes, entre ellos el Puente Risorgimento, realizado con motivo del 50 aniversario de la unidad de Italia.

"Fue el primer en cemento armado, recubierto de piedra de un falso travertino, por lo tanto, con el aspecto de un puente clásico, pero su alma es ya un alma muy moderna", agrega Renato Sebastiani.

Durante la época fascista fueron construidos siete puentes, el más importante es el del Foro Itálico, llamado Duque de Aosta, que lleva al estadio de los mármoles y a un área deportiva.

En la época moderna, hace apenas un año, se inauguró el Puente de la Música.

Se trata de un puente peatonal cuya cubierta central ha sido diseñada para crear una plaza abierta que actualmente es utilizada para festivales y ferias.

Para que la ciudad no pierda su relación con el Tíber, se está intentando recuperar, además, sus orillas como ciclopistas, sobre todo en la primavera y verano, las épocas en las que no se corre el riesgo de que el río Tíber desborde.

AAEA