Códices mayas (Parte 1)

Por Guillermo López Portillo | Fuente: Noticieros Televisa | 2012-12-20

Códices mayas

Guillermo López Portillo nos presenta una historia sobre uno de los tres códices que existen en la cultura maya

Es una historia de película, pero fue real.

El 18 de junio de 1982 el mexicano José Luis Castañeda del Valle, quien se presentaba como abogado y periodista, robó de la Biblioteca Nacional de Paris el Códice de Aubin (Obá), un tesoro prehispánico.

En realidad, Castañeda quería ver o quizá sustraer el Códice de Paris, uno de los únicos tres códices mayas que existen en todo el mundo.

Lo cuenta él mismo, entrevistado por el Noticiero 24 horas.

"Pues yo fui directamente a la Biblioteca Nacional de Paris, donde solicité que me enseñaran el Códice maya denominado "Peresiano", ante la negativa de una de las altas conservadoras de la sección de manuscritos orientales de esa Biblioteca, y al decirle yo, que yo era periodista y era mexicano, el Códice maya era nuestro y no mostrarlo para que yo lo fotografiara, en forma impulsiva, decidí yo al siguiente día, traerme el Tonalamatl o Libro de la Buenaventura, de origen Tolteca o Azteca", señala José Luis Castañeda.

No se sabe si en realidad lo que pretendía José Luis Castañeda era hacerse de un códice para luego venderlo en el mercado negro de antigüedades.

"Al hacer yo entrega de todos los códices, de las cajas con los catálogos, presenté también la caja donde estaba el Tonalamatl, o "Libro de la Buenaaventura" nada más que vacía, entonces, pues, lo puse en mis ropas, y salí caminando, señor, es una primicia para su canal", relató hace 30 años José Luis Castañeda.

Castañeda regresó a México con el Códice Aubin (Obá) y fue detenido por la Interpol. Mientras que el códice quedó en manos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, él quedó libre.

"Los códices se cotizan muchísimo, muchísimo en el mercado negro. Lo único que se le ocurrió, que fue correcto, para salvar su pellejo, fue precisamente entregarlo a las autoridades", explica Laura Elena Sotelo, del Centro de Estudios Mayas.

Los códices son documentos prehispánicos escritos a mano sobre tiras de piel, amate y agave.

Sólo existen 12 de ellos con la autenticidad confirmada según explica Laura Sotelo, investigadora del Centro de Estudios Mayas de la UNAM: "Hay códices que se quieren vender en el mercado negro, a millonarios de estos árabes, parece que hay uno que ya tenía un comprador por 50 millones de dólares, un códice maya, pero era falso, necesitan un dictamen, entonces en Guatemala nos lo dieron".

Es quizá la única investigadora mexicana que ha tenido acceso a los tres códices mayas conservados en el mundo: el Códice Dresde en Alemania, el Códice de Paris, en Francia y el Códice de Madrid, en España.

"En el 89, vi el París, vi el original, fui la primera mexicana que dejaron volver a ver originales, después del robo del Códice Aubin, a ver si no me lo robaba y no me lo robé, después de eso me fui al Museo de América", comenta la especialista del Centro de Estudios Mayas.

Dice que la trataron de obligar a que diera por auténtico un códice falso en Guatemala: "Porque el dictamen tiene que ser positivo, les dije: no".

La mayor parte de los códices mayas fueron destruidos después de la Conquista.

"Hubo una destrucción masiva de códices, está documentado. Los quemaban junto con figuras de deidades, incensarios", afirma Guillermo Bernal del Centro de Estudios Mayas de la UNAM.

En el 2009, el INAH y la Biblioteca Nacional de Paris llegaron a un acuerdo de préstamo permanente del Códice Aubin Tonalamatl.

"Está resguardado en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, en la bóveda de seguridad, en México, está en una caja fuerte, dentro de la bóveda de seguridad, donde están los códices", asegura Laura Elena Sotelo.

Este viernes 21 de diciembre, mitos y realidades del fin del mundo maya.

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