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Desde el lunes, los ataques han cobrado la vida de nueve trabajadores.
Por eso, la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, la Unicef, suspendieron parcialmente la vacunación contra la polio.
Que formaba parte de la campaña del Ministerio de Sanidad de ese país, que planeaba aplicar más de cinco millones de dosis.
Las víctimas son tres hombres y seis mujeres, entre ellas una joven de 14 años que laboraba como voluntaria.
Sujetos enmascarados, abordo de motocicletas, han acribillado a los empleados.
El caso más reciente se registró en la localidad de Charsada.
Hasta el momento ningún grupo se responsabiliza de los ataques, ni hay detenidos, pero autoridades locales sospechan de grupos radicales.
Pues integrantes del talibán y líderes religiosos musulmanes criticaron la campaña de vacunación y la llamaron un complot de occidente.
Además, los insurgentes argumentan que los trabajadores son en realidad espías al servicio de Estados Unidos y creen que las vacunas esterilizan a los menores.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, calificó los episodios de violencia como "actos crueles, insensatos e inadmisibles".
La OMS pidió a los integrantes de su equipo volver a casa, "hasta saber más de la situación de la seguridad".
Sin embrago, los empleados están dispuestos a seguir con su labor.
Otros organismos internacionales expresaron que "siguen comprometidos en apoyar al pueblo paquistaní para combatir la polio y otras enfermedades".
En Pakistán, además de Afganistán y Nigeria, la poliomielitis es una enfermedad endémica.
De acuerdo con datos oficiales, en esa nación se registraron 198 casos el año pasado.
Y a mediados de 2012, ya se contabilizaban 22.
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