Brasil ha sido la estrella bajo los reflectores en el escenario internacional durante la última década. Un crecimiento económico sostenido superior al 5% lo llevó a colocarse como la sexta economía más importante del mundo.
Hoy, el país sudamericano que se convirtió en referente de la política social de combate a la pobreza bajo el liderazgo del carismático Luiz Inácio Lula da Silva y que en las mieles del éxito obtuvo la sede de la Copa del Mundo en 2014 y de los Juegos Olímpicos en 2016, presenta indicadores que sugieren un estancamiento en su economía.
Durante los últimos meses, Guido Mantega, ministro de Economía del país sudamericano, ha señalado en reiteradas ocasiones que el ansiado crecimiento regresará. Sin embargo, las cifras lo han desmentido: la economía brasileña creció en un 0.6% durante el tercer trimestre de este año, la mitad de lo que Mantega había pronosticado, mientras que en el trimestre anterior el crecimiento fue de solo 0.2%.
En su edición del 8 de diciembre, la publicación británica The Economist llegó incluso a sugerir a la presidenta Rousseff, que en caso de querer la reelección, debe despedir a Mantega ya que sus proyecciones optimistas han significado la pérdida de confianza de los inversionistas.
Los precios de las materias primas cuya exportación impulsó el "boom" de la economía brasileña han dejado de subir, mientras la inversión ha caído. Según diversos expertos, el llamado "Costo Brasil" (derivado de una moneda sobrevaluada, una infraestructura precaria, un elevado costo del crédito y un complejo sistema tributario, entre otros factores) hace de éste un país sumamente caro para hacer negocios.
Desde 2008, el crecimiento anual de la economía brasileña ha caído de 4.5% a menos de 2%. Como señala Ruchir Sharma en el número más reciente de la revista Foreign Affairs éste ha sido un fenómeno común en los países del grupo de los denominados "BRICs": el crecimiento de Rusia ha pasado del 7% al 3.5%, el de India de 9% a 6%, mientras que el crecimiento de China pasó de dos dígitos a menos del 8% por primera vez en este siglo.
En su proyección para 2013, el Fondo Monetario Internacional anticipa un repunte del crecimiento económico de Brasil, apoyado por las importantes medidas de estímulo implementadas recientemente.
Por su parte, la CEPAL establece que Brasil crecerá al 4% en 2013, en tanto que el crecimiento de la región será de 3.8%.
El mundo seguirá de cerca el destino de Brasil durante el 2013. ¿Volveremos a escuchar los tambores del gigante latinoamericano?
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