Usos y costumbres (Tercera parte)

Por Bogdán Castillo | Fuente: Noticieros Televisa | 2012-11-10

En Yucatán existen instituciones dedicadas a sacar a las niñas de usos y costumbres que dañan los derechos humanos

YUCATÁN, México "¿Qué quieres estudiar? Doctora.  ¿Por qué quieres estudiar doctora? para curar a los niños", comenta Nicté una niña de origen maya de 13 años.

Hace siete años su madre tomó una decisión que cambiaría para siempre la vida de esta niña. Un día negoció con el carnicero de su comunidad un kilo de carne a cambio de que éste tuviera relaciones sexuales con Nicté, su hija.

A partir de ese día a su madre se le hizo fácil volverlo a hacer, y peor aún, a su hija también. Nicté aprendió que podía obtener comida o cualquier artículo a cambio de favores sexuales, incluso ya lo hacía sin que su mamá se lo pidiera.

La incipiente independencia de Nicté llevó a su madre a denunciar a su propia hija ante el DIF local bajo el argumento de que ya trabajaba por su cuenta y a ella ya no la ayudaba.

Las autoridades inmediatamente rescataron a Nicté y la enviaron al refugio "Casa Crisal".

"Con mucha falta de seguridad, casi no hablaba, no quería jugar, eso fueron cinco días, después entonces vino como que reventó y todo lo que no jugaba, todo lo que no hacía lo empezó hacer pero por la problemática que tiene no sabía cómo jugar que no fuera buscando satisfacer", señaló María Jesús Ocaña Dorantes, fundadora de Casa Crisal.

Nicté al igual que 18 niñas que también fueron abusadas sexualmente y que viven en el refugio "Casa Crisal" luchan por salir adelante.

"Pues me levanté acomodé mi cama, me bañé, desayuné, crié a los pollos. ¿Luego que hiciste? Fuimos a estudiar, luego venimos hacer ejercicio", dice Nicté.

La rehabilitación de Nicté no ha sido fácil, ha sido un proceso largo de valoraciones médicas, psicológicas y psiquiátricas.

"Ella había aprehendido por parte de la mamá que no era necesario estudiar para conseguir dinero, que se podían hacer otras cosas y que el cuerpo era lo que más valor tenía para conseguir dinero, casi nos costo para que ella empiece a valorar los estudios casi 10 meses", comenta María Jesús Ocaña Dorantes, fundadora de la Casa Crisal.

Hoy Nicté está a punto de terminar la primaria, ya sabe leer y escribir. Nicté ya dejo atrás los juegos eróticos, ahora su diversión es el "pesca pesca" y la defensa personal. "Son llaves para que te defiendas en la calle, ves que no te golpeen, te defiendes para que no te golpeen", señala.

Para concientizar a las niñas de las zonas indígenas del estado de Yucatán en el sentido de que ningún uso y costumbre está por encima de los derechos humanos, el gobierno de la entidad instrumentó un programa a favor de estos infantes.

"Se les orienta para que ellos de alguna manera si ellos sienten que son afectados sus derechos, si son de alguna manera se sienten que lo que están haciendo con ellos no les gusta, no les agrada o les lástima que acudan primero a un familiar para manifestarles que les está pasando", expresa  Jesús Rubén Tuc Beltrán, subdirector de Indemaya.

"Ese tipo de costumbres era importante y es importante erradicarlas", dice  Celia María Riva Rodríguez, fiscal general del estado de Yucatán.

A pesar de que estos usos y costumbres están prohibidos por la ley, autoridades y organizaciones civiles que trabajan en estas comunidades indígenas de Yucatán, saben que el porcentaje de niñas que se atreven a denunciar es muy bajo.

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