Mexicanos, en espera de una reforma migratoria

Más de siete millones de mexicanos esperan una reforma migratoria que les dé la oportunidad de ser ciudadanos estadounidenses; ésta es la historia de Eloísa Montes, quien llegó a EU hace 28 años desde San Pablo, Tequixtepec

Eloísa Montes, llegó hace 28 años a los estados unidos desde San Pablo Tequixtepec, buscando una mejor atención para su hija epiléptica tardó semanas en cruzar y tres años en obtener la amnistía que la haría residente. Ella no habla inglés pero tampoco un buen español.

"No hablo inglés, no sé ni leer. Yo hablo otro idioma, yo hablo mixteco original, no puedo entender, quiero ser ciudadana, me tardé. Pero me regresaron pa´tras porque no podía entender las palabras porque no sé leer".

Así que muy pronto Eloísa tendrá que presentar un examen escrito de 10 preguntas, que la acredite legalmente como una ciudadana norteamericana y cuya firma en el carnet que lo avale quedará plasmada en letras mixtecas, porque Eloísa, tampoco sabe escribir y que le permitirá seguir con un sueño, que tardó en llegar.

¿Usted buscó el sueño americano? "Sí", ¿lo encontró? "Lo estoy encontrando", ¿Después de cuántos años? "Mucho tiempo, como unos 25 por ahí".

"Me hice ciudadano y veía que había mucha necesidad, para personas mayores, entonces voluntariamente, me ofrecí para darles clases de ciudadanía ligar que se hagan ciudadanos para poder salir a votar y presionar para que nos den una reforma migratoria", dice el migrante Jorge Hernández.

Se calcula que actualmente hay 12 millones de personas trabajan sin documentos en los estados unidos. De los cuales el 60 por ciento son mexicanos. Y cerca del 50% viven en alguna parte del estado de California, pero sobre todo en la ciudad de Los Angeles.

Así que cerca de siete millones y medio de mexicanos que han vivido en los Estados Unidos, escondidos, esperan una reforma que ha tardado 30 años en llegar.

"Las personas que han llegado en los últimos 30 años no pueden arreglar papeles, al menos que un familiar residente o ciudadano llene una petición para ellos", dice Raúl Murillo, director de Hermandad Mexicana en Los Angeles.

Pero, ahí mismo, pero con otro código postal,  hay quienes buscaron soñar y ya despiertos lo siguen haciendo

Ciudadanos, documentados, regulares, legales, ellos hoy tienen derechos, obligaciones. Pueden votar, comprar y vender, pero sobre todo, pueden vivir sin miedo ellos, han llegado a lo más profundo de ese sueño, del anhelado sueño americano y con ellos la distancia entre ambos países se acorta ellos sí pueden regresar.

"Mis raíces hispanas, mis raíces como mexicana, mis amigos, mi familia. Guadalajara es para mí lo mejor de México y lo digo con mucho orgullo, es algo que extraño mucho", dice Steph Himonidis, locutora de radio en EU, tapatía, que cruzó la frontera, trabajó, soñó y triunfó.

"En el momento en el que dije ¡quiero volar! Dije voy a probar suerte en los Estados Unidos. ¿Por qué no? El México que yo conocía es muy diferente al que vivo ahora en los Estados Unidos. Todos los mexicanos que vivimos en este país, somos otro México".

Steph todos los días tiene la responsabilidad de conducir un programa radiofónico, que se convierte a veces en el único puente entre la realidad del mexicano aquí y su familia allá.

"Cuando uno viene a este país, viene en busca del sueño americano. Yo vine en busca del sueño americano. Pero mucha gente no sabe en México que aquí la gente sufre mucho. Más que en México. No tiene trabajo, no tiene servicios médicos y claro nosotros somos el medio, el canal de que les puedas dar información y es un compromiso muy grande, que todos los días recibo".

Son tres realidades, o tres escalones de una misma realidad., todas salieron del mismo lugar para llegar al mismo sitio, comparten las calles, tal vez se hayan cruzado en alguna, a lo mejor  la radio los haya unido, o en alguna esquina hayan coincidido. Porque en una ciudad como ésta lo mismo puede vivir Steph una estrella de la radio, que Eloisa una mujer mixteca que no habla inglés ni tampoco español.

Los mismo un grupo de jóvenes como Fabiola o Marisol que buscan salir adelante, que un grupo de ancianos que después de décadas buscan ser ciudadanos. O un hombre como Jorge...que casi muere en la frontera, que fue indocumentado, residente ciudadano y ahora ayuda a otros a serlo.

Porque todos son mexicanos, todos salieron por algo mejor y todos han cosechado en este país, lo que el suyo no los dejó sembrar.

"Porque no somos malos, venimos a trabajar, que tenemos que guardar las leyes de este país y respetarlas. Cuando uno da el sí a defender este país, siente que está traicionando sus raíces, pero no deja uno nunca deja de ser mexicano", afirma el migrante Jorge Hernández.