Noche de muertos en Oaxaca

Miles de velas y veladoras iluminaron los panteones tradicionales de la capital oaxaqueña para alumbrar el camino de los muertos

OAXACA, México, nov. 2, 2012.- La noche de muertos se pintó de color y de luces en Oaxaca. Miles de velas y veladoras iluminaron los panteones tradicionales de la capital oaxaqueña y pueblos conurbados para alumbrar el camino a los que ya se fueron, en esta noche de retorno.

?Es hasta el amanecer, hasta que los primeros rayos del sol aparezcan se retira la familia de aquí, ya todas la familias empiezan a irse a descansar a sus casas a preparar su desayuno, sobre todo y esperar dentro de sus altares a desayunar con sus muertos", comentó Luis Ocampo, habitante de Santa María Atzompa.

El día de muertos en Oaxaca comenzó durante las últimas horas del 31 de octubre y se prolongó durante todo el día del primero de noviembre.

En municipios de indígenas zapotecas como Santa María Atzompa y Santa Cruz Xoxocotlán, la celebración del día de muertos comienza un día antes.

Conviven con sus difuntos, en familia y degustan todos los platillos típicos de la gastronomía oaxaqueña, hasta que el sol anuncia el alba.

"Creo que no debemos olvidar a nuestros seres queridos y en estos días recordarlos más, porque la tradición oaxaqueña es precisamente esa, que vienen nuestros seres queridos, que Dios les permite visitarnos en estos días, les da permiso de venir a convivir con los vivos", dijo la señora Elsa Velazco Vásquez

La celebración continúa en la capital oaxaqueña, mientras los demás panteones de los municipios aledaños van quedando vacíos, la celebración se traslada al Panteón General de la ciudad de Oaxaca.

Y así, recordaron miles de familias a sus fieles difuntos.

"Recordar a nuestros difuntos, es un sentimiento muy triste que ya no está con nosotros, y pues eso si duele mucho separarse de un familiar, pero son cosas de la vida y tienen que pasar aunque uno no quisiera que esto sucediera y tenemos que sobrellevar esta pérdida", expresó la señora Eustolia López Morales.

En Oaxaca la creencia dice que las almas regresan al panteón y a las casas para comer y beber las ofrendas que sus familiares les pusieron.

Ellos toman su esencia y se van una vez terminada la celebración de día de muertos.

"Traerles flores, poner el altar, ponerles lo que más les gustaba, guisar, poner los tamales mañana, y eso es lo que hacemos entre todos", relató Guadalupe Dolores Quero Quero.

Y mientras los cirios de las tumbas se consumen poco a poco, en el panteón San Miguel de Oaxaca, miles de velas iluminan dos mil 500 nichos en este enorme muro, donde también descansan difuntos con más de 300 años de antigüedad.