Por la derecha (Segunda Parte)

Personas que cumplieron una condena en prisión se dedican ahora, mediante una obra de teatro, a dar testimonio a jóvenes para que no repitan sus errores

CIUDAD DE MÉXICO, México, oct. 22, 2012.- En agosto de 2004, Juan José Pedraza fue nombrado director del Sistema Penitenciario del estado de Querétaro.

Ingeniero de profesión y maestro universitario jubilado nunca había tenido que ver con los sistemas de procuración y administración de justicia, ni mucho menos con prisiones.

"Muchos amigos preocupados cuando sale en la prensa, Pedraza es el director del Sistema Penitenciario, me hablaban o me encontraban y me decían: 'oye ten cuidado, no vayas aceptar nada de lo que te ofrezcan ellos, porque eso es muy peligroso?, y recomendaciones de que no sepan que estás casado, que no sepan dónde vives'", comenta Juan José Pedraza, ex director del Sistema penitenciario de Querétaro.

Ya pasaron ocho años y Juan José Pedraza está aquí tranquilo. Se le ve sonriente, despreocupado. Está conviviendo con sus amigos, en su casa, con su familia. Sus amigos son aquellos supuestos peligrosísimos delincuentes que estaban en prisión cuando el ingeniero Pedraza fue nombrado director del Sistema Penitenciario de Querétaro, hoy están en su casa, pasando un rato desenfadado.

Nos vemos dos, una o dos veces por semana, algunos con mayor frecuencia, sirve para que ellos piensen dos veces antes de volver hacer algo inadecuado?, dice el ingeniero Pedraza.

Pero además también están aquí ex funcionarios del Cereso de San José El Alto,  entre ellos el que era el responsable operativo, o sea el jefe de la seguridad del penal y además jefe de custodios.

"Tengo muchos amigos que estuvieron en la cárcel y no me avergüenzo, me honro de haberlos conocido ahí porque acá afuera ahora son gente de bien", señala Jesús Vera, ex subdirector operativo del Cereso de San José El Alto.

Pero cómo se logró esta interacción que en otros lugares del país es imposible, porque por  el contrario los internos se convierten en enemigos de custodios y funcionarios de los sistemas carcelarios

Y aquí resulta que por lo menos los de este grupo todos son amigos y se respetan.

"Yo creo en la readaptación aunque mi experiencia es de cinco años nada más, pero creo en la readaptación", dice el ingeniero Pedraza.

Pero lo que vino a marcar la diferencia en el Sistema Penitenciario de Querétaro fue la incorporación del teatro. En un principio hubo resistencias y hasta rechazo de parte de los internos, los internos decían: "teatro, eso es de jotos y homosexuales".

José Luis Moreno fue de esos internos de San José El Alto que en un principio se mostraron escépticos con la propuesta del teatro:

"Yo no sabía que pudiera yo actuar, pero el día que me arrime ahí yo dije: 'si me voy arrimar, me voy arrimar hacer algo y le voy a echar ganas'".

José Luis llegó a prisión por delitos contra la salud. En la compañía de teatro del penal de San José El Alto se convirtió en uno de los mejores actores:

"Hice el papel de Sancho Panza, por cierto de los más aplaudidos".

Con el paso del tiempo, Sergio Rod logró montar con los internos toda una compañía de teatro que representó ?El Quijote de La Mancha: Un Grito de Libertad? y ?Los Miserables?, entre otras obras.

"Era hermoso ver a 300 personas con diferentes delitos siendo seres humanos compartiendo un proyecto de esperanza", comenta Sergio Rod, ex coordinador cultural del Cereso de San José El Alto.

El proyecto únicamente duró cinco años porque así son las decisiones políticas que ponen y quitan funcionarios. Fue el tiempo que estuvo el ingeniero Pedraza en la dirección del Sistema Penitenciario.

Pero hoy están aquí reunidos los amigos que compartieron esos días que califican de maravillosos a pesar de que vivían la tragedia del encierro.

José Luis salió a cabo de dos años y seis meses. Asegura que lo que vivió en la prisión de San José El Alto le sirvió para rectificar el camino. Hoy maneja un taxi y dice que siempre va 'Por la derecha':

"Y me quité de la droga, eso fue lo más feliz que me dejó, desde que salí estoy bien de mi cuerpo y me siento bien a gusto porque ya nunca lo voy a volver hacer".

Calle y Libertad nació como resultado de esa experiencia en la cárcel, unos como internos y los otros como autoridades. Ahora están juntos en este proyecto del que se sienten orgullosos por el mensaje que desean mandar a los jóvenes y porque de esta manera se quieren reconciliar con la sociedad. Durante 3 años han presentado esta obra de teatro en diferentes escenarios; principalmente en escuelas públicas y privadas.

Con un mensaje que busca decir: 'yo me equivoqué, vete en mi espejo, tú estás a tiempo de tomar buenas decisiones'.